ATRACTIVOS TURÍSTICOS DE LLEIDA
Un estanque con historia
El Estany d'Ivars i Vila-sana no solo es un espacio de alto valor ecológico sino también una parte importante de la memoria local || El relato de su desecación en 1951 y su recuperación hace quince años se muestran en el centro de interpretación de Cal Sinén en un entorno con varias rutas atractivas
Cuando el Urgell histórico era el Clot del Dimoni debido a su aridez, entre los municipios actuales de Ivars y Vila-sana ya había una laguna natural y milenaria que se formaba con el estancamiento de las aguas y cuya extensión respondía al capricho de las lluvias. Con la llegada del agua del Canal d’Urgell a mediados del siglo XIX el estanque se consolidó y poco a poco se hizo imprescindible para la economía de la zona. A su alrededor se levantaron y habitaron hasta 13 masías cuya economía dependía del lago de interior. Y llegó lo que hoy se conoce como turismo rural. Cal Sinén o Ca l’Aragonès se convertían según la demanda en restaurantes especializados en arroz caldoso de anguilas. Grupos de cazadores a menudo del área metropolitana alquilaban barcas y barqueros para lanzarse a la caza de patos y fochas. Bodas civiles, competiciones de natación, picnics rurales. Fueron los años dorados del Estany d’Ivars i Vila-sana, hasta que llegararon las guerras. La necesidad de ganar terreno al agua para cultivos en plena crisis de hambre por las contiendas mundiales y la civil llevó a los proyectos de desecación de la laguna. Se llevó a cabo finalmente en 1951, en pleno franquismo y mediante una truculenta carambola en la que se implicaron un exministro del dictador, un clérigo y un aristócrata. De todo aquello queda, casi 70 años después, una gran laguna recuperada en 2005 como proyecto ecológico y de justicia social y la restaurada casa de Sinén, actualmente centro de interpretación del Estany.
Al margen del interés histórico de este rincón del Pla d’Urgell, la laguna se ha convertido en uno de los espacios más ricos desde el punto de vista ambiental, destino de numerosos turistas aficionados a la observación de la fauna y a la ornitología y punto de partida y destino de senderistas, ciclistas y turismo familiar. La biodiversidad se ha enciquecido en este espacio aún más en los últimos meses con el confinamiento a raíz de la crisis del coronavirus (que obligó a cercar el espacio) y ya hay más de 250 especies de fauna.
El museo del agua en Mollerussa completa el relato A pocos kilómetros del Estany d’Ivars i Vila-sana, la sede de los regantes del Canal d’Urgell, en Mollerussa, dedica un espacio a la historia de la construcción de la infraestructura hidráulica a mediados del siglo XIX de la mano de la buguesía catalana. Se trata de un centro de interpretación que muestra al visitante cómo era los llanos del Urgell antes de la llegada del agua (el Clot del Dimoni) y cómo se transformó gracias al canal. En medio, relata las historias que llenaron los años de las obras a través de documentos como una carta de un reo condenado a trabajos forzados que formó parte del pelotón que excavó el túnel de Montclar (que entonces se convirtió en una de las mayores obras de ingeniería más importantes de Europa), en la Noguera, en el que relata las penurias del día a día a decenas de metros bajo tierra. Muchos de los presos murieron. El Espai Cultural dels Canals d’Urgell reserva un hueco importante para los protagonistas de la gesta. Por ejemplo, el ingeniero Domènec Cardenal, artífice de la obra hidráulica.