El sector turístico leridano espera salvar la temporada con turistas catalanes y reservas de última hora

El sector turístico leridano espera salvar el verano con turistas catalanes y reservas de última hora. Los establecimientos del Alt Pirineu i Aran arrancan en agosto con una ocupación del 80% en bungalows, la misma que esperan alcanzar los establecimientos de turismo rural del llano y el Pirineo. Julio no ha sido tan bueno y la ocupación cayó hasta el 50% en campings, un 25% menos que el año pasado, y entre el 60% y el 70% en casas de turismo rural, un 10% menos que el julio anterior. Con respecto al perfil del cliente también ha cambiado. Mientras que de otros años el cliente preferente en la demarcación de Lleida provenía de Francia, Alemania, Holanda, Inglaterra y también de Aragón, este año la mayoría de los turistas son catalanes que hacen reservas de última hora.

Josep Castellarnau, presidente de la Federación de Hostelería en Lleida, coincide en explicar que el turista extranjero este año no ha venido. Florido Dolcet, presidente de la Asociación de Empresas de Deportes de Aventura del Pallars Sobirà, añade que el cliente es "más local y más familiar".

Dolcet ha explicado que las empresas están cumpliendo con todos los protocolos y las cosas se están haciendo bien. Tomade temperatura cuando llega un cliente, gel hidrológico, uso de mascarilla y limpieza de los trajes de neopreno. La impresión de Dolcet es que el cliente los perciben como una zona segura y por este motivo confían tener una buena temporada de agosto. El sector de los deportes de aventura ya perdió todos los grupos escolares de la primavera, las campañas turísticas de Semana Santa y Sant Joan. Todo supone que este año las empresas solo facturarán un 25% del total de un año normal.

Marta Cortina, presidenta de los campings de Lleida, ha explicado que el comportamiento de las reservas es diferente de la zona de bungalows y acampada. En los bungalows las reservas superarán el 80% este agosto y en la zona de acampada se mantendrá más baja. Cortina ha explicado que prácticamente todos los campings de la demarcación de Lleida se encuentran en el Pirineo y Prepirineo. En la Noguera hay dos. Por este motivo la afectación del confinamiento de la comarca del Segrià no los ha afectado tanto como el sector de la restauración y la hostelería.

Jaume Ramon Solé, presidente de la Federación de Turismo Rural de Lleida, explica que este año ha sido mucho "extraño" porque hay miedo a salir pero por otra parte hay muchas ganas de salir y hay demanda. "No nos habíamos encontrado nunca", reconoce. "Ha habido muchas cancelaciones y se ha dado el caso de que en algunas casas rurales han tenido en una sola semana 6 cancelaciones y 6 nuevas reservas", explica. "Todo el mundo se esperaba un buen julio pero el rebrote ha afectado a algunas reservas y finalmente, con respecto al turismo rural, la ocupación ha sido de un 60% en el llano y de un 70% en el Pirineo", explica Solé.

El mes de agosto, en cambio, en algunas comarcas de montaña la ocupación llegará al 100% y en el llano de Lleida hacia el 70%, añade Solé. "Muchos clientes catalanes que acostumbran a ir de casa rural se han quedado en casa pero muchos que se marchaban fuera, se ha quedado en hacer las vacaciones en el territorio", explica Solé. "Un turista ha sido sustituido por otro que ha escogido un destino más tranquilo, en casas rurales individuales y con piscina, en la que la sensación de seguridad es mayor", añade.

En cambio, Castellarnau explica que la facturación de los hoteles y restaurantes en la comarca del Segrià ha sido cero y las previsiones no son "nada" buenas para este agosto.