Govern, Diputación y Paeria llaman a “luchar por la libertad” en su acto conjunto en Lleida

La pandemia del coronavirus ha provocado que ayer tuviera lugar el acto conmemorativo de la Diada de Catalunya más atípico que se recuerda. En un Turó de la Seu Vella vacío, los representantes de la Generalitat, Diputación y Paeria hicieron un llamamiento a la unidad para defender “una mayoría social que no está siendo escuchada”.

La delegación de la Generalitat en Lleida, la Diputación y la Paeria celebraron ayer por segundo año seguido un acto unitario de la Diada de Catalunya de la forma más austera y solitaria imaginable. Y es que no había público y únicamente una ‘senyera’ que estaba al lado del atril para los discursos. Una celebración atípica impuesta por la pandemia del coronavirus, que comportó que solo participaran los máximos responsables de estas tres administraciones con mascarilla y guardando la distancia de seguridad en todo momento. Las instituciones habían anunciado que la consellera de Presidencia, Meritxell Budó, presidiría la celebración, pero no acudió. Sí fue a la presentación del libro sobre el expresidente Carles Puigdemont en Barcelona, según publicó en su cuenta de Twitter.

En sus discursos, los representantes de Generalitat, Diputación y Paeria defendieron las reivindicaciones políticas de Catalunya, a la vez que mostraron su agradecimiento a la ciudadanía por haber resistido meses de confinamiento. El delegado del Govern, Ramon Farré, advirtió en su intervención de que “se ha querido destruir la fe en nuestra sociedad y en nosotros mismos, pero no lo conseguirán”, y que la sociedad catalana “ha resistido y resistiremos, ya que a lo largo de la historia hemos demostrado que podemos hacer cosas grandes, como lo fue el 1 de octubre o los actos de las anteriores Diadas”. Por ello, apeló a la “coherencia, humildad y generosidad” y animó a “guardar energías para los retos que nos quedan por alcanzar”.

El presidente de la Diputación, Joan Talarn, recordó por su parte la batalla de Lleida de 1707 (cuando la ciudad cayó en manos de las tropas de Felipe V), en la que los leridanos “sufrimos la vejación y el oprobio” y que, a pesar de que esta es “una Diada atípica, es una fecha para reflexionar sobre el pasado y ser ambiciosos con el futuro”. A su vez, Talarn animó a los leridanos a “reivindicar una mayoría social que no está siendo escuchada” y a luchar “por una Catalunya libre, plena y soberana”. Por su parte, el alcalde, Miquel Pueyo, cerró el turno de intervenciones recalcando que “nuestro deber como catalanes es luchar por la libertad de nuestro pueblo” y pidió la amnistía para “los presos políticos y exiliados”. También lamentó que la pandemia, “haya provocado hacer una Diada más austera y casera, pero con el mismo espíritu de los últimos años”.

Los responsables políticos destacan la unidad institucional El de ayer fue el segundo acto de conmemoración de la Diada de Catalunya que celebran de forma conjunta la Generalitat, la Diputación y el ayuntamiento de Lleida. Un hecho insólito hasta ahora y del que los representantes de las tres instituciones hicieron gala. “Nos hemos vuelto a poner todos de acuerdo para celebrar la Diada, pero este año se ha tenido que hacer de forma mucho más contenida por seguridad y sobretodo por respeto, debemos dar ejemplo”, dijo el delegado del Govern en Lleida, Ramon Farré. El presidente de la Diputación, Joan Talarn, destacó la “unidad institucional” que ha llevado a cabo celebrar este acto, que tuvo lugar “con solemnidad, porque hay gente en el exilio o en la cárcel y, por ello, este año también se debería celebrar un día como este”. Por otro lado, el alcalde de Lleida, Miquel Pueyo, también elogió la unidad de las tres instituciones y subrayó que esta Diada “se celebra en circunstancias difíciles, pero también se disfruta en el corazón de todos los catalanes”.