COMUNICACIONES TRANSPORTE FERROVIARIO
Adiós a un tren con tres siglos
La Generalitat proyecta explotar la línea de Manresa a partir de 2024 a través de FGC y relevar a Renfe, pero solo hasta la capital del Bages || Renfe lo hará desde allí a Barcelona, lo que pone fin a un trayecto histórico nacido con el objetivo de comunicar Catalunya con el País Vasco
La histórica línea de Lleida a Barcelona por Manresa, la R-12, dejará de existir en 2024, cuando Ferrocarrils de la Generalitat (FGC) pase a gestionarla. Acabarán así tres siglos de historia para iniciar una nueva etapa. Ahora es Renfe quien la explota, pero dentro de cuatro años pasará a llamarse RL3 de Lleida a Cervera y RL4 de Lleida a Manresa. Así lo anunció el conseller de Territorio y Sostenibilidad, Damià Calvet, a finales del pasado mes y la decisión ya tiene defensores y firmes detractores (ver desglose). La Generalitat prevé invertir 60 millones en el nuevo plan de cercanías para Lleida con especial énfasis en este trayecto para el que comprará 4 nuevos trenes, tres en servicio y uno en reserva, y aumentará frecuencias. De 6 a 12 entre Lleida y Cervera y de 3 a 5 entre Lleida y Manresa.
El Govern apuesta por desvincular la línea regional de larga distancia del área metropolitana apostando por la conexión con la Catalunya central. Considera que el uso de regionales para ir de Lleida a Barcelona ha caído en picado ya que no es operativo por la competencia de la alta velocidad y porque obliga a tomar medidas de urgencia en cuanto hay algún problema en el área metropolitana, lo que obstaculiza los recorridos en todo el trayecto. Los 100.000 usuarios de 2012 pasaron a 40.000 en 2018. Los que hacen el tramo Manresa-Barcelona son pocos por lo que se ha previsto que transborden en Manresa. De este modo, se pone fin a un viaje que comenzó a mediados del siglo XIX para unir la Ciudad Condal con Zaragoza.
La idea de Territorio es que para la R-12 haya en Manresa un transbordo eficiente, de unos 5 o 10 minutos máximo, pero con el mismo o menor tiempo total de viaje. De esta forma, la línea quedará partida en dos. Por una parte, operará FGC hasta Manresa y de Manresa a Barcelona lo hará Renfe. Calvet ya aseguró, tras la presentación del plan de cercanías a las instituciones el 27 de septiembre, que será posible que haya dos operadores en la misma línea. Los alcaldes de los pueblos en la ruta del tren consideran que tiene que haber inversiones del Estado para mejorar vías y catenaria. Solo así se podrán reducir las tres horas de viaje. En este sentido, el conseller ya indicó que el Estado no ha invertido ni el 15% de los 4.000 millones prometidos, lo que frena cualquier negociación de traspaso.
Instituciones y alcaldes piden que el viaje no dure tres horasLa Generalitat ha optado por esta decisión al considerar que Renfe no es un buen operador para la línea de Manresa, por lo que le darán el relevo. A los alcaldes de Cervera, Tàrrega y Sant Guim de Freixenet les parece una buena alternativa si no fuera porque está pensada a cuatro años vista, por lo que la reclamación tanto de Joan Santacana, Alba Pijuan y Francesc Lluch, respectivamente, es que se agilice esta operación lo antes posible. Aparte de mas frecuencias, más trenes y mejores horarios consideran que es imprescindible más inversión para conseguir lo más importante: que el viaje no dure más de tres horas. Pero vías y catenaria son de Adif, a la que el Govern paga un canon de uso. El conato de traspaso que comenzó hace 10 años está bloqueado en este punto ya que la Generalitat quiere un tren con infraestructuras del siglo XXI. La Diputación y la Paeria de Lleida también reclaman más celeridad en el proyecto y que no se tenga que esperar a 2024. Por su parte, sindicatos como CCOO y el PSC ha sido más duros. Los socialistas califican este anuncio de “limosna” y consideran que debían de haber escuchado al territorio, por lo que reclaman a la Diputación que respalde una moción que reabra el debate sobre la línea. Por su parte, fuentes de Renfe calificaron el anuncio del Govern de ‘lástima’ ya que supondrá una demora cuando la compañía tiene trenes y personal para mejorar el servicio y “es el quien lo impide”.