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El Llista abrió el pasado domingo sus partidos al público por primera vez esta temporada.

El Llista abrió el pasado domingo sus partidos al público por primera vez esta temporada.AMADO FORROLLA

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La pandemia de la Covid-19 ha afectado a todos los estamentos del deporte y, en particular, a la asistencia a las instalaciones, que han quedado restringidas o, en algunos casos, cerradas provisionalmente. Todos los clubes leridanos que militan en categorías semiprofesionales ya contemplaban un descenso en el número de abonados para la temporada que acaba de arrancar, especialmente por la limitación de aforos y la posibilidad, ya real, de que las competiciones pudieran sufrir parones por los rebrotes.

Pese a todo, la mayoría de entidades de la provincia han podido aguantar la crisis y algunos, incluso, han aumentado, sus socios. Son los casos del Sedis Bàsquet y el Hoquei Alpicat. El club del Alt Urgell ya roza las 600 adhesiones (580), cuando la temporada pasada no alcanzó el medio millar, mientras que la entidad de hockey del Segrià ha pasado de unos 220 socios a casi 250 gracias a que ha aumentado el número de equipos y, con ello, ha crecido el número de abonados en el entorno familiar de los jugadores.

El Llista Blava ha salido peor parado al tener que trasladarse a Bell-lloc para jugar y entrenar

Otros han mantenido las cifras del año pasado, como es el caso del Vila-sana de hockey femenino, donde repiten los 140, o el Força Lleida de baloncesto, que ya ha superado los 600 carnets, una cifra “muy positiva” cuando aún no ha comenzado la Liga a juicio de su presidente, Albert Aliaga, ya que no están incluidos aún los carnets Vips, con los que espera alcanzar el millar que tenían al final de la primera vuelta de la pasada campaña.

Los que han sufrido un descenso importante han sido el Club Bàsquet Pardinyes, que se ha quedado en casi la mitad (no llega a 300) y el Llista. El club de hockey se ha visto más perjudicado al haber tenido que instalarse en Bell-lloc al convertirse el pabellón Onze de Sembre en hospital de campaña por la Covid-19. El hecho que los abonados tengan que desplazarse fuera de Lleida y que el aforo del recinto sea inferior, ha hecho bajar las cifras en casi un 40 por ciento, pasando de los 570 del año pasado a los 350 actuales.

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