GESTIÓN HIDRÁULICA
Lleida copa los nuevos regadíos en el futuro Plan Hidrológico del Ebro
Mantiene el caudal ecológico en el Segre en Lleida en 5 metros cúbicos por segundo
Mejorar la sostenibilidad de los regadíos es uno de los 18 puntos centrales sobre los que gira el nuevo Plan Hidrológico del Ebro de 2021 a 2027. Contempla nuevos regadíos y la modernización de los ya existentes. Como cifra orientativa, estipula crear 30.000 hectáreas de nuevos riegos y modernizar otras 40.000, por lo que los proyectos previstos en Lleida copan esta previsión. Solo el canal Segarra Garrigues supone 68.000 hectáreas de regadío, de las que ya riegan más de 10.000. A estas se añade la modernización e implantación de nuevos mecanismos de ahorrode agua en Pinyana, Aragón y Catalunya y Canal d’Urgell, que pasarían de las 100.000 hectáreas. Según el jefe de la Oficina de Planificación, Miguel Ángel García Vera, se intentará ir ajustando estos proyectos a las previsiones.
Otro de los puntos sobre los que pivota el plan es el de los caudales ecológicos. Si en el de 2016 solo se plantearon 69 puntos ahora se multiplican hasta 687. No obstante, mantendrá los 5 metros cúbicos por segundo en el Segre a su paso por Lleida Ciudad, pese a la reclamaciones de la Paeria y los ecologistas para aumentarlo. Mantener el Delta del Ebro intacto es otro puntal de la nueva directriz hidráulica.
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La inversión prevista es de 2.000 millones de euros y estará listo a finales de 2021 o primeros de 2022
El Plan Hidrológico de Ebro también incide en reducir la contaminación urbana e industrial, también la de nitratos, contempla una mejor gestión de la aguas subterráneas y los acuíferos, las alteraciones de hidromorfológias por presas y azudes y los problemas de abastecimientos para mejorar su calidad en lo que respecta a nitratos o turbidez. También la gestión de inundaciones para reducir daños, el control de vertidos y la salvaguarda de especies autóctonas, incrementado la luchas contra las invasoras. Velará por los usos turísticos y recreativos así como por un desarrollo energético en un entorno sostenible.
Asimismo, hace referencia a un mejor control a la hora de asignar los derechos sobre el agua, el aumento de equipos humanos para el control de la cuenca, mejorar la gobernabilidad y recuperación de costes. Para todo ello se prevé una inversión de 2.000 millones de euros.
En la actualidad, el plan está en periodo de consulta que finaliará el 30 de este mes y se han presentado 155 alegaciones, 35 si se unifica la materia de la que tratan, muchas de ellas referidas al Delta. Según la presidenta de la Confederación Hidrográfica del Ebro, Maria Dolores Pascual, el objetivo es que esté aprobado a finales de 2021 por “responsabilidad política” y para dar cumplimiento a las exigencias de la UE.