El confinamiento dificulta batidas de jabalíes y algunos cazadores las cancelan en Lleida

Las restricciones a la movilidad para frenar los contagios de Covid-19 han llevado a suprimir batidas de jabalíes en plena temporada de caza mayor. El cierre perimetral de Catalunya y Aragón ha hecho que cazadores no puedan desplazarse entre estas dos comunidades para participar en cacerías, que han acabado anuladas al no contar con personal suficiente. A esto se suma el confinamiento municipal en fin de semana, que limita los movimientos de los aficionados a la caza al municipio de residencia de cada uno y a “localidades limítrofes”. Así consta en una nota informativa que Generalitat hizó pública la semana pasada. La dirección general de Ecosistemas Forestales publicó en un mismo día dos textos con instrucciones diferentes, algo que provocó confusión entre las sociedades de cazadores y contribuyó también a anular cacerías.

Así, cazadores de la Vall del Corb cancelaron una batida prevista para el fin de semana. Miembros de este colectivo explicaron que, a su juicio, las instrucciones de la Generalitat vetan estas cacerías excepto en zonas donde la fauna ocasiona daños a cultivos. De hecho, así constaba en una de las dos versiones del texto de la dirección general de Ecosistemas Forestales. En cambio, otra posterior las permitía, siempre que se hicieran de acuerdo con las normas de confinamiento y del toque de queda. Acogiéndose a este último documento, la sociedad de cazadores La Unió d’Aitona organizó ayer por la mañana una batida en la que participaron 16 personas.

Los cazadores pueden moverse en el municipio donde residen y en “localidades limítrofes”

Josep Maria Cabasés, representante de este colectivo, explicó que los participantes en la batida guardaron en todo momento grandes distancias entre sí. Esta modalidad de caza, en la que suele participar más de una decena de cazadores, se basa en que cada uno de ellos se sitúa en un puesto previamente asignado. “Estábamos demasiado lejos unos de otros para considerarnos un grupo”, indicó.

Otro cazador, Albert Mayench, valoró que “no poder movernos a otras comarcas y otras comunidades es un problema, sobre todo cuando la proliferación de jabalíes y de ciervos es tan grande y suponen riesgo para la seguridad viaria”. Hasta ahora había participado en batidas en fin de semana, muchas a petición de los payeses, pero “ahora es mucho más difícil”.