AGUAS EFEMÉRIDES
50 años domando el Ribagorçana
La presa de Santa Ana entró en servicio el 12 de noviembre de 1970 y medio siglo después mantiene la misión de abastecer de agua a viviendas y regadíos de Lleida y el Segrià || Las obras del dique trajeron a Castillonroy y Alfarràs a miles de trabajadores y el embalse anegó Tragó de Noguera
Es el tercer mayor embalse de la cuenca del Segre después de los de Canelles y Rialb y desde hace cincuenta años contribuye a domesticar las aguas del Noguera Ribagoçana para asegurar el suministro no solo de los casi 140.000 vecinos de Lleida ciudad y de parte del Segrià, sino también de los regadíos del histórico canal de Pinyana (1147), del canal Algerri-Balaguer (1999) y del Aragón y Catalunya. El pantano de Santa Ana, como todos los que se construyeron en el siglo XX impulsados en su mayoría por el régimen de Franco, es producto de sangre, sudor y lágrimas. La construcción de la presa, que se puso en servicio el 12 de noviembre de 1970 (el jueves hizo medio siglo) implicó la llegada a la zona, a caballo entre Lleida y Huesca de 1.500 trabajadores, que se instalaron en su mayor parte en Castillonroi, pero también en Alfarràs. Quince hombres murieron en las obras. El alcalde de Castillonroi, Paco Rivas, remarca que la llegada de los operarios de la presa, procedentes de Córdoba, Granada, Almería o Ciudad Real, llevó a la constructora, Enher, a levantar un poblado entero del que aún quedan “las casas de los ingenieros y los chalés de los empleados de la CHE”. La escuela y la cantina se demolieron, añade. La ermita de Santa Ana, que da nombre al pantano, preside aún la colina en la que se sitúa Castillornoi, que por su altitud “es de secano, pese a tener un río y un embalse en el término municipal”, añade Rivas. El alcalde asegura que la nota negativa se la llevó el pueblo de Tragó de Noguera, de 600 habitantes, que quedó anegado por las aguas del Ribagorçana. El pantano tiene capacidad para 236 hectómetros cúbicos de agua y cuando hay sequía aún pueden verse los restos de Tragó. Antiguos vecinos y sus descendientes se reúnen cada año por Sant Jordi.