Cachou, envenenado con anticongelante

El oso Cachou murió envenenado tras haber consumido líquido anticongelante, según confirmaron ayer fuentes próximas a la investigación judicial. La policía buscó este producto durante el registro que llevó a cabo el pasado jueves en el domicilio de A.M.G, vecino del municipio de Les y agente de Medio Ambiente del Conselh Generau d’Aran detenido el miércoles por la muerte de este ejemplar (ver SEGRE de ayer).

Fue el propio Conselh Generau el que encargó análisis toxicológicos a la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) para tratar de averiguar las causas de la muerte de este oso, cuyo cadáver apareció en un bosque de Les el pasado mes de abril. Estas pruebas debían sumarse a un examen preliminar, que señalaba lesiones visibles y las atribuía a una pelea contra otro oso y a una caída por una ladera próxima al lugar donde apareció el cadáver. Por su parte, entidades ecologistas apuntaron a posibles indicios de envenenamiento, como el rictus en la boca del animal (ver desglose).

Sin embargo, las pruebas toxicológicas se demoraron en un primer momento por la declaración del estado de alarma y el primer confinamiento por la crisis sanitaria. Asimismo, los resultados de los análisis no se dieron a conocer públicamente, al estar la investigación judicial bajo secreto de sumario desde hace seis meses. Algunas fuentes conocedoras del caso apuntaban tan solo que el animal podría haberse intoxicado con un producto de uso común, como lo es el anticongelante en vehículos en invierno.

El acusado quedó en libertad con cargos el jueves tras prestar declaración ante la jueza. En su comparecencia en el juzgado de primera instancia e instrucción de Vielha, negó haber cometido los delitos que se le atribuyen: uno contra la fauna, otro de revelación de secretos, y un tercero de prevaricación. Antes de la muerte del oso, A.M. G. había formado parte de los equipos de apoyo y seguimiento de esta especie contratados por el Conselh entre 2018 y 2019. Fue nombrado funcionario interino del cuerpo de agentes de Medio Ambiente de la administración aranesa el 27 de abril, pocos días después de que se encontrase el cadáver del animal, un cargo que seguirá desempeñando (ver desglose).

La muerte de este ejemplar y de otro abatido a tiros en Francia en junio llegan en pleno resurgir de las protestas antioso en el Pirineo, un movimiento de oposición casi extinto hace cinco años y que ha revivido mientras la población de plantígrados aumenta año tras año y ya son más de sesenta.