Bernat Solé: «Hay que garantizar el derecho a voto, también de los positivos»

¿Cómo serán las elecciones el 14 de febrero?

Trabajamos para que sea una jornada electoral segura en la que garantizaremos el voto a todo el mundo. Organizar unas elecciones en plena pandemia es complejo, por lo que nos planteamos tres grandes objetivos: garantizar la seguridad y la salud de las personas; garantizar el derecho a voto de todo el mundo y preservar la legitimidad de las elecciones. Además, todos los protocolos deberán ser aprobados por el Procicat, que tendrá la última palabra. Si los indicadores están muy mal, hasta podrían aplazarse, pero la idea es votar y hacerlo en una sola jornada.

Entiendo que quieren evitar lo que ocurrió en el País Vasco y Galicia, donde no se escuchó la voz de los positivos.

Efectivamente. No entenderíamos unas elecciones en las que se vulnerara este derecho fundamental. Para evitar la interacción social se fomentará el voto por correo y se facilitará que se pueda emitir en el momento en el que el funcionario de Correos vaya a recoger la documentación sin tener que salir de casa. Los colegios electorales deberán ser espacios amplios en los que sea posible entrar por un punto y salir por otro. ¿Eso significa que solo se podrá votar en pabellones? No, dependerá de cada municipio.

Las encuestas son favorables a ERC. ¿Le preocupa que su electorado no se movilice?

ERC se presenta con un mensaje muy claro que es el que siempre ha llevado en sus 80 años de historia, con el aval de la gestión en la Generalitat en momentos complicadísimo y con un proyecto político que da respuesta a las necesidades de la ciudadanía y ha de llevarnos a la independencia.

¿Ve factible reeditar el tripartito con PSC y Comuns?

Personas cualificadas de mi partido han afirmado de forma muy clara que un pacto con el PSC, a día de hoy, no se contempla.

¿El apoyo a los presupuestos del Estado puede pasar factura electoral?

El momento de complejidad requiere dotarse de todos los instrumentos que nos permitan salir de la crisis. Además, los presupuestos se habrían aprobado igualmente y nuestro apoyo ha permitido incluir enmiendas importantes.

Las pasadas elecciones tuvo que ejercer de candidato por Lleida porque la cabeza de lista, Meritxell Serret, está en el exilio. ¿Cómo se plantea esta campaña?

Vivimos años de anormalidad. Las elecciones del 21-D fueron convocadas después de la inhabilitación de un gobierno entero por el 155. Me correspondió ejercer de figura presente por la ausencia de Meritxell Serret y asumo estas elecciones con una causa judicial por el 1-O. No sé cuál será mi papel. Los órganos del partido trabajan para elaborar las mejores listas posibles y estoy muy satisfecho de que Marta Vilalta encabece la lista por Lleida por su capacidad de trabajo, determinación y experiencia política.

¿El conflicto político catalán no se resolverá hasta que llegue a Estrasburgo, aunque sea tarde como en el caso de Otegi?

A nivel internacional se apuesta por el diálogo y la negociación; nunca por la judicialización. En el caso de Otegi la resolución de Estrasburgo llegó cuando ya había cumplido la pena, lo que debería ser motivo de reflexion para el sistema judicial español.

El día 14 se enfrenta a un juicio por desobediencia por su apoyo al 1-O. ¿Dado que la gran mayoría de alcaldes quedaron exculpados, ¿es un escarmiento por su relevancia política?

Quisiera pensar que no si la justicia es realmente justa. Cualquier ciudadano debería tener garantizados los mismos derechos independientemente de si ha sido alcalde o es conseller. Pero estoy a las puertas de un juicio y otras causas idénticas a la mía se han archivado. El 1 de Octubre fue, sin duda, una fiesta de la democracia y la gran mayoría de alcaldes y alcaldesas de este país estuvimos al lado de la ciudadanía. El Tribunal Superior de Justicia lo valora como un acto de desobediencia. A mi, en cambio, me parece que estar al lado de la ciudadanía nunca debería ser delito.

«Estar al lado de la ciudadanía no debería ser delito»