Los Rurales ratifican que se filtraron datos del GPS de Cachou

El informe de la investigación conjunta de los Agents Rurals del Alt Pirineu y los agentes de la división de investigación criminal de los Mossos d’Esquada (DIC) sobre la muerte del oso Cachou constata que una de las seis personas investigadas por el suceso habría facilitado de manera no autorizada información a terceros sobre los movimientos de los osos por la zona en la que se encontró al plantígrado muerto (en Les el 9 de abril). El informe destaca que esta información solo podía ser conseguida por personal que controlaba los movimientos de los animales por su localización a través del GPS. Según la investigación, una de estas personas estaba claramente vinculada con los movimientos contra la liberación de osos en el Pirineo. Según el informe, esta persona también había manifestado en diversas ocasiones que se podía matar a un oso con anticongelantes (ver SEGRE de ayer). Se trata del conselhèr José Antonio Boya, ahora investigado.

La Generalitat, a través de un comunicado, explicó ayer la versión oficial de la investigación y apuntó que el operativo, que contó con la colaboración del Conselh, permitió determinar que habría seis personas implicadas en la muerte de Cachou, uno de los cuales fue detenido por su presunta implicación en el envenenamiento del oso, tal y como avanzó SEGRE.

Dos semanas del envenenamiento a la muerte Los primeros indicios de veneno surgieron un día después de encontrar el cadáver del oso Cachou, en un análisis de orina el 10 de abril. El día 14, el Conselh publicó solo datos que apuntaban a una caída y una pelea con otro oso. El envenenamiento se habría producido el 25 o 26 de mayo y el plantígrado habría muerto entre el 8 y el 9 de abril, dos semanas después.