Una plaga de conejos arrasa fincas en Lleida y la pandemia limita la caza para combatirla

Las plagas de conejos que arrasan fincas de cultivos se han agravado en las comarcas del llano de Lleida, donde estos animales están provocando daños mayores que en años anteriores. Esto se debe en buena medida a que hay menos cazadores para combatirlas, debido a las restricciones a la movilidad a raíz de la pandemia del coronavirus. Estas limitaciones dificultan que los cazadores organicen batidas para reducir la población de esta especie.

El vicepresidente de los regantes del Segarra Garrigues y agricultor de Agramunt, Xavier Albareda, estima que la afección será general en todo el llano de Lleida y abarcará entre un 30 y un 40% de las cosechas, si bien puntualizó que “hay fincas donde alcanza el 100%, ya que se comen el grano antes de que nazca la planta”. Asimismo, las empresas de seguros cada vez ponen más dificultades para asegurar cosechas afectadas por la plaga. Albareda explicó que, el año pasado, las lluvias hicieron que las plantas nacieran más deprisa y que “una vez nacida la planta, los conejos tienen más donde comer y por lo tanto producen menos pérdidas”. “Ahora solo salvaría la cosecha una gran nevada”, concluyó.

Los conejos dañan fincas de cereales y guisantes, así como vides y árboles frutales, olivos y almendros

Los conejos se refugian en el subsuelo de zonas boscosas, pero también en las paredes de márgenes de campos, que acaban destruyendo. También cavan madrigueras bajo el suelo de caminos y carreteras, unos espacios frecuentados por personas donde los cazadores tienen prohibido disparar por motivos de seguridad. De este modo, los conejos acaban provocando también hundimientos en estas vías.

Alejandro Domingo, agricultor de Tàrrega, explicó que los daños por las plagas de conejos se extienden en todo el llano de Lleida y afectan a todo tipo de cultivos: desde fincas de cereales hasta otras donde se cultivan guisantes. También sufren desperfectos árboles como el olivo, el almendro y los frutales, así como la vid. Para Domingo “la situación es irremediable, se nos ha escapado de las manos”. Recordó que, además de las plagas de conejos, la superpoblación de corzos en parte de las comarcas leridanas provoca también perjuicios a la actividad agrícola.