La hostelería da casi por perdida la Navidad y el esquí es más optimista

El sector de la hostelería da casi por perdida la campaña de Navidad ante las nuevas restricciones previstas a partir del lunes, mientras que las estaciones de esquí se mostraron más optimistas al considerarlas positivas para activar la economía del territorio. El presidente de la Federación de Hostelería de Lleida, Josep Castellarnau, aseguró que los hoteles del Pirineo son “los menos perjudicados”, ya que podrán recibir a los clientes que tengan reserva. No obstante, aseguró que los más perjudicados vuelven a ser los restaurantes, que solo podrán abrir en franjas horarias y ello “es inviable para la mayoría”, especialmente en el Pirineo en plena campaña de esquí. “Los esquiadores no piensan en comer al mediodía, lo hacen a partir de las 5 de la tarde y en las cenas” y con estas restricciones muchos establecimientos no podrán abrir, dijo. Mientras, el portavoz del turismo rural en Ponent, Jaume Ramon, remarcó que el sector da por perdida la temporada. Indicó que ayer ya se registraron las primeras cancelaciones para Fin de Año ante la imposibilidad de reunirse más de 10 personas de dos “burbujas convivientes”. “Somos conscientes de la situación pero estamos abocados a cerrar”, dijo. Mientras, Joaquim Alsina, gerente de la Asociación Catalana de Estaciones de Montaña, destacó que las medidas pueden beneficiar a la economía de las comarcas con pistas de esquí, aunque apuntó a la necesidad de “corregir” los horarios de la restauración en las propias pistas. “Ya que habrá cierta permisividad para ir a esquiar habría que corregir los horarios para los servicios en pistas”. El presidente del Grèmi d’Ostalaria de Aran, Xacobe Bartolomé, señaló que estas restricciones “matan al sector”. “Es una auténtica desesperación y demuestra un desconocimiento del territorio porque las cenas son lo que nos da de comer, dijo. Añadió que ya se perdió el puente y ahora se puede perder la Navidad. En Aran prevén movilizaciones a partir del lunes. “Estamos indignados y nos llevarán a la ruina”, remarcó. Los alcaldes de la Alta Ribagorça apuntaron que las restricciones “dejan al tejido empresarial de la comarca muy tocado y con graves consecuencias” y pidieron “marcar excepcionalidades” para las zonas de montaña para no ir hacia una situación de no retorno.