El Segarra-Garrigues quiere llevar el agua a 10.000 ha más en 4 años y alcanzar las 30.000

Josep Maria Jové fue proclamado ayer de nuevo presidente de la comunidad de regantes del Segarra-Garrigues e inició su tercer mandato con el objetivo de llegar a las 30.000 hectáreas en disposición de regar en los próximos cuatro años (ahora son 20.000, de las que en verano regaban unas 12.000). Si se logra este objetivo, todos los sectores de la zona regable, de más de 68.000 hectáreas, estarían en marcha. Jové reconoció que el balance de estos últimos cuatro años “no es el deseado” y culpó al gobierno de la Generalitat porque “la inversión ha sido muy poca cosa, no hemos tenido medios y, por tanto, el avance ha sido mínimo”, de modo que solo han podido poner en riego unas 1.500 nuevas hectáreas en municipios como Verdú, Preixana y Sarroca de Lleida.

En cambio, Jové destacó como nota positiva del último mandato el plan económico y financiero aprobado a finales de 2019 según el cual la Generalitat destinará 352 millones de euros al canal hasta 2032. En este sentido, pidió al nuevo ejecutivo que salga de las elecciones del 14 de febrero que lo cumpla, ya que “permitirá finalizar las obras del regadío del Segarra-Garrigues”.

El riego histórico del Canalet se convertirá en la colectividad número 17 y mantendrá su especificidad

Asimismo, está previsto que se incorpore una nueva colectividad, la del Canalet de Tàrrega, que sería la 17. “Por el momento ya tenemos un acuerdo para el suministro de agua y pronto prevemos firmar un convenio de integración al sistema Segarra-Garrigues, hecho que permitirá promocionar el sector 5 y que el Canalet se incorpore como una colectividad más del canal manteniendo su especificidad con su propio sistema de riego ya que seguirá regando de su red con agua del Segarra-Garrigues”, detalló el presidente del canal.

Jové, como único candidato, fue proclamado ayer de nuevo presidente del canal Segarra-Garrigues en el marco de la junta general extraordinaria de la comunidad. También repite Francesc Xavier Albareda como vicepresidente. El acto empezó con la constitución de la mesa para presidir la sesión, con el regante de mayor edad, Josep Maria Gili, de 74 años, y la más joven, Marta Batalla, de 39 años, curiosamente también la única mujer presidenta de una colectividad de regantes. Como medida de prevención contra la Covid, se limitó la asistencia a la junta general a dos personas como máximo por cada colectividad. La proclamación se hizo sin necesidad de votaciones.

En algunas zonas donde aún no está desarrollada la red de regadío, podría ponerla en peligro ya que se requiere más de un 60% de adhesiones, según denunció el presidente de los regantes.

Jové abordó también las polémicas zepas: “Pienso que con buena voluntad podríamos intentar hacer el máximo de cultivos que no afecten a las aves y así compatibilizarlo”.

La competencia de las placas solares provoca bajas entre los regantes Jové hizo referencia, en declaraciones antes de la asamblea que renovó su presidencia, a los proyectos de implantación de plantas solares como una de sus actuales preocupaciones. “Estamos recibiendo muchas peticiones de regantes que quieren darse de baja para instalar placas solares; no se entiende que se permita en una zona en la que se hizo una importante inversión pública para el riego”, explicó Jové, que añadió que “las empresas pagan entre 1.500 y 2.000 euros por hectárea para arrendar las fincas para placas solares”.