El cierre de la Cerdanya provoca un repunte de reservas en el resto del Pirineo de Lleida

El cierre de la Cerdanya decretado a última hora del martes ha hecho repuntar las reservas hoteleras en el resto del Pirineo de Lleida. Se trata de turistas que tenían pensado pasar las fiestas navideñas en los municipios cerdanos o en el Ripollès, y que buscan ahora alternativas en Aran y comarcas como el Pallars Sobirà, el Pallars Jussà y el Alt Urgell. Así lo corroboran fuentes del sector, que han constatado un incremento en la ocupación de los alojamientos turísticos.

El presidente de la Federación de Hostelería de Lleida, Josep Castellarnau, señaló que los que hacen estas reservas de última hora son personas que “nos dicen que iban a alojarse en la Cerdanya o en el Ripollès” y que, a raíz del confinamiento de estas dos comarcas, “se han desplazado a otras localidades de montaña para poder esquiar o disfrutar de una estancia en el Pirineo”.

El Procicat prevé revisar el lunes día 28 la situación epidemiológica, y decidirá nuevas medidas

Los hosteleros prevén una “buena ocupación” en el Pirineo estas fiestas, especialmente alrededor de Fin de Año. Paa entonces se espera que se sitúe entorno al 80% o 90%, mientras que el resto de días se prevé un 60%. Castellarnau recordó que los establecimientos cumplen las medidas de seguridad y sanitarias ante la Covid-19, y criticó las limitaciones de aforo y horarias que se exigen a bares y restaurantes. “Provocan que la mayoría de establecimientos no consideren viable abrir”, insistió. Por su parte, el presidente del Grèmi d’Ostalaria de Aran, Xacobe Bartolomé, valoró que el repunte de reservas en Aran es por ahora “flojo y poco significativo”, y recordó que solo el 15% de los hoteles de la Val están abiertos. Añadió que también se han registrado varias cancelaciones “por miedo a contagios”.

Sin embargo, toda previsión sobre la campaña navideña está condicionada a que no haya nuevas restricciones a la movilidad. La Generalitat prevé revisarlas el lunes, de acuerdo con la evolución de los índices epidemiológicos. El freno en la desescalada a principios de diciembre, con confinamiento municipal durante el puente de la Purísima, se tradujo en un inicio de la temporada de invierno perdido para el turismo, con nueve de cada diez hoteles cerrados. Ahora están permitidos los desplazamientos fuera de la comarca para ir a segundas residencia o si se tiene reserva en un alojamiento turístico. Muchas personas se desplazan al Pirineo durante las fiestas, ya sea para esquiar o disfrutar de una estancia en la zona.