Las obras del túnel del Coll de Lilla durarán todavía dos años más y costarán 143 millones

Las obras del túnel del Coll de Lilla durarán todavía dos años más y deberán finalizar a finales de 2022. Así lo anunció ayer el ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, tras finalizar la perforación de las bocas desde Valls y Montblanc. El ministro, José Luis Ábalos, presidió el acto del cale de las galerías.

El túnel, de 1,5 kilómetros de longitud, está formado por dos galerías de dos carriles cada una. Forma parte del cuarto y último tramo de la autovía entre Valls y Montblanc, de 5,1 kilómetros, cuya inversión total asciende a 143 millones de euros. Los trabajos de este paso subterráneo se aplazaron a mediados de 2017 al detectarse arcillas expansivas en el subsuelo, un imprevisto que obligó a modificar el proyecto para asegurar su estabilidad. Esto encareció las obras, que pasaron de los 80 millones presupuestados a 115.

Ábalos destacó que las obras del túnel suponen un gran hito y permiten “conectar el territorio y generar oportunidades de exportación y desarrollo”. Añadió que este eje de la A-27 “conecta la economía de las comarcas de interior con la capacidad exportadora del puerto de Tarragona y la conexión viaria y ferroviaria de todo el este peninsular”, dijo.

Para la excavación del túnel, de gran complejidad técnica dada la alternancia y variedad de materiales atravesados (pizarras y piedras areniscas y calizas, entre otras), se han ejecutado las dos galerías de forma simultánea. Para ello se han empleado diferentes métodos de excavación, tanto por medios mecánicos como con voladuras. La galería estará digitalizada y tendrá un nuevo centro de control en Valls. También se ha terminado el desvío provisional de la N-240 en el núcleo de Lilla. Ábalos avanzó que el ministerio trabaja para sacar a concurso la redacción del proyecto del tramo final de la autovía, entre el enlace de Lilla y el enlace con la AP-2 en Monblanc.

La autopista de Lleida, libre de peajes en agostoEn agosto quedará libre de peaje la AP-2 entre Zaragoza y el Vendrell, que incluye Lleida; y la AP-7 entre la Jonquera y Tarragona. Son 474 kilómetros que reciben 13 millones de vehículos al año y cuyos usuarios dejarán de pagar 500 millones anuales. Al suprimir el peaje, el Gobierno no dará continuidad a la A-27 en Lleida. Solo se plantea doblar la calzada de la N-240 de Lleida a Les Borges.

Inversión pública y privada para mejorar carreteras Ábalos avanzó la puesta en marcha el modelo de inversión público-privada en carreteras, y que está en información pública el estudio de viabilidad de la mejora de la autovía A-7 entre Alicante y Murcia. Destacó la inversión del ministerio en Catalunya en 2020, que ascendió a más de 800 millones. El Estado trabaja los proyectos de la variante de La Pobla de Segur (N-260), y en la N-230 en Sopeira.