TRANSPORTE PÚBLICO
Sin tren a La Pobla al menos hasta el lunes y FGC reforzará la inversión para evitar aludes
Ferrocarrils espera restablecer durante la próxima semana la circulación tras el desprendimiento que hizo descarrilar un convoy el viernes||Unas 2.500 toneladas de rocas cayeron de la ladera junto a la vía
El tren protegido con neumáticos en el lugar del siniestro, donde se está saneando el talud.
Los trabajos para restablecer la circulación de trenes entre Balaguer y La Pobla de Segur se prolongarán como mínimo una semana más, tras el alud de rocas que hizo descarrilar un convoy el viernes entre Santa Linya y Àger. Así lo avanzó ayer Ferrocarrils de la Generalitat (FGC), que espera reabrir toda la línea a lo largo de la semana que viene o, como muy tarde, el lunes 29. La fecha está condicionada al tiempo que lleve estabilizar la ladera que sufrió el desprendimiento y reparar los daños en la máquina accidentada y en las vías. Además, el proceso puede verse afectado por las previsiones de fuertes lluvias y nieve a finales de semana.
El tren, cubierto de neumáticos para protegerlo por si cayeran más rocas, seguirá en el lugar del accidente hasta el fin de semana, según FGC. A la espera de trasladarlo a Lleida, un primer examen apunta a que no sufrió daños graves. Podrían ser menores que los del tren que chocó con una roca en esta misma zona, a raíz del temporal Gloria en enero de 2020. Tampoco se esperan graves desperfectos en las vías. Sí preocupa, en cambio, la posibilidad de nuevos desprendimientos.
La operadora revisará los puntos más sensibles a sufrir aludes e instalará más redes para evitarlos
Los trabajos para estabilizar las cotas bajas del talud se prolongarán hasta hoy. A partir de entonces comenzarán a trabajar en las más altas, desde donde cayeron las piedras. La previsión es dar por estabilizada toda la ladera esta semana. Una vez retiren el tren, habrá una nueva revisión para corroborar que el talud está consolidado. Las rocas cayeron en un punto donde ya se habían instalado redes antialudes, pero cedieron bajo más peso del que podían soportar.
Se desprendieron unas 2.500 toneladas de piedras, según estimaciones del Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya (ICGC). Pere Buxó, jefe del área geotécnica y de prevención de riesgo geológico del ICGC apuntó que episodios de fuertes precipitaciones desde 2018, entre ellos temporales como la Dana,Gloria y Filomena, han disparado los aludes. “Los temporales anómalos tienen su reflejo en los desprendimientos, que aumentan su frecuencia y actividad”, dijo, y recalcó la necesidad de medidas preventivas.
Precisamente, FGC avanzó que, más allá de restablecer la circulación tras el alud del viernes, reforzará la inversión en los sistemas de prevención y seguridad de la línea. Revisará los puntos más sensibles las protecciones metálicas y ampliará las redes antialudes “tal y como se ha hecho los últimos 5 años”.
