Domingo de Ramos atípico

El Covid-19 y el estado de alarma provocaron que el Domingo de Ramos del año pasado fuera totalmente confinado con la retransmisión de misas por internet, la bendición de palmas y palmones desde los balcones y sin procesiones. Este año, pese a la pandemia, los leridanos recuperaron parte de la esencia de la festividad con misas presenciales con la posterior bendición de la palma y alternativas a la procesiones.

Siempre, eso sí, respetando las medidas sanitarias como el uso de la mascarilla, la distancia social y el aforo. Además, el buen tiempo hizo que la jornada fuera redonda.

Por ejemplo, en la ciudad de Lleida hubo misas en la práctica totalidad de parroquias. En la Catedral, la celebración fue presidida por el obispo, Salvador Giménez.

En la parroquia de Montserrat, que congregó a un buen número de feligreses, optaron por hacerla al aire libre. Además, como alternativas a las procesiones, muchos ciudadanos pasaron por la capilla del Peu del Romeu para ver el paso de La Somereta de la cofradía de la Sagrada Familia o por el oratorio de los Dolors, donde su congregación habilitó una “procesión estática” y también hubo una tamborada.

.

Otro ejemplo fue Tàrrega, que ayer recuperó la fiesta presencial en la iglesia con la bendición de las palmas y los ramos de olivo y laurel después de que el 2020 la misa y la bendición se hicieran por el canal de YouTube de la parroquia. En este sentido, el acto se trasladó al interior del templo con los asistentes sentados mientras el sacerdote, Josep Maria Vilaseca, procedía a la bendición sin agua.

Hubo aforos limitados en las iglesias y misas al aire libre para respetar las medidas por el Covid-19

El arzobispo de Urgell, Joan-Enric Vives, y el obispo de Solsona, Xavier Novell, presidieron los actos en las catedrales de La Seu d’Urgell y Solsona, respectivamente. En localidades como Torre-serona repartieron ramas de olivo e hicieron la eucaristía en la sala de baile para poder tener un mayor aforo.