MEDIO AMBIENTE RESIDUOS
Nova Tracjusa prevé 1 año de trámites antes de las obras
Deben redactar el proyecto constructivo y hallar residuos aptos || El Govern solo permite usar basura previamente tratada
El proyecto de Nova Tracjusa exigirá al menos un año de preparativos antes de poder iniciar las obras para obtener gas a partir de basura. Esta es la estimación de los promotores, la cooperativa GAP, que pretende emplear este combustible en lugar del gas natural que ahora quema para secar purines en su planta de Juneda.
Esta iniciativa recibió la semana pasada la autorización ambiental de la Generalitat tras cinco años de trámites. El presidente de GAP, Eduard Cau, explicó que durante el próximo año redactarán el proyecto constructivo.
En este plazo, se dedicarán también a la búsqueda de residuos adecuados para la gasificación. Cau puntualizó que la autorización ambiental veta que la planta de Juneda reciba basura sin separar como materia prima para producir gas.
Solo permite traerla desde plantas de tratamiento, una vez separada la fracción no reciclable y compostada para estabilizarla. Además, deberá reunir los requisitos que la Generalitat exige para usarla como combustibe derivado de residuos (CDR).
El proyecto plantea gasificar 40.000 toneladas de desechos al año, la mitad de Lleida y el resto de Barcelona. Cau apuntó que el proceso exige residuos de origen orgánico y avanzó que darán prioridad a los procedentes de plantas de tratamiento leridanas.
El proyecto plantea gasificar 40.000 toneladas de desechos al año, la mitad de Barcelona
De forma paralela, la cooperativa, que reúne a más de un centenar de ganaderos de Les Garrigues, buscará maquinaria y equipos adecuados para el manejo de cada tipo de residuo.
La primera versión del proyecto de Nova Tracjusa se complementaba con una planta para el tratamiento previo de los residuos, una instalación que no forma parte de la propuesta actual. Los promotores tantearon la posibilidad de recibir en Juneda basura sin separar, seleccionar allí el material reciclable y destinar el resto a producir gas. Lo plantearon a la Agència de Residus que acabó descartándolo. En su lugar, prefirió una gran planta en el vertedero de Castellnou de Seana para facilitar la separación de desechos de varias comarcas del llano de Lleida.