INFRAESTRUCTURAS CARRETERAS
Madrid planifica la gestión de la AP-2 tras el fin del peaje en agosto y licita la conservación
La concesión, en manos de Abertis, finaliza en 5 meses y el Estado asumirá el mantenimiento de la autopista || El concurso tiene un valor estimado de 628 millones, de los que más de 54 son para Lleida
El Estado dio ayer el primer paso para suprimir el peaje de la autopista AP-2 cuando termine la concesión en cinco meses, el próximo 31 de agosto. El Consejo de Ministros aprobó la licitación del mantenimiento y la conservación del tramo entre Zaragoza y El Vendrell, que incluye el tramo de Lleida, unos trabajos que actualmente están en manos del grupo Abertis. El concurso incluye la AP-7 entre Tarragona y La Jonquera, cuya concesión también expira a finales de agosto. El valor estimado del contrato asciende a 627,8 millones de euros en total, de los que 54,39 son para el tramo leridano de la AP-2, según explicó el subdelegado del Gobierno, José Crespín.
Por su parte, desde el Gobierno aseguraron que tras la reversión al Estado de estos dos tramos de autopistas, el ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana pasará a gestionarlos directamente a través de su programa de conservación y explotación de carreteras. Destacaron que el ministerio ha establecido un “nuevo modelo de conservación” que busca “ofrecer un servicio integral de movilidad al usuario, mejorar el estado de la carretera y optimizar los recursos públicos”.
Esto implica la conservación ordinaria de las vías y los proyectos de pequeñas obras para mejorar su funcionalidad. Asimismo, en el concurso se incluye también la explotación de las áreas de servicio ya existentes en el trazado de estas autopistas, entre ellas las de Lleida y Les Garrigues.
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Incluye también la explotación de las áreas de servicio, entre ellas las de Lleida y Les Garrigues
Además, el Estado recordó que el Consejo de Ministros de la semana pasada ya aprobó el concurso para la gestión del centro de carreteras de Granollers, que tiene como objetivo centralizar las comunicaciones, la gestión del tráfico, el mantenimiento y la coordinación de las operaciones en todos los sectores de conservación en los que se han dividido estos dos tramos de carreteras: cinco de ellos en Catalunya y uno en Aragón.
Cabe recordar que el ministerio ya encargó a finales de 2019 un estudio para analizar cómo cambiará el tráfico en la autopista cuando expire la concesión y no haya que pagar un peaje por usarla. Este tenía como objetivo evaluar las actuaciones necesarias para adaptar la carretera a la demanda, como por ejemplo la construcción de nuevos accesos, la remodelación de los existentes o la implantación de medidas contra el ruido. En Lleida, la AP-2 se plantea como una vía alternativa a la N-240, uno de los puntos negros de la red viaria de la demarcación.
A la espera de desdoblar la calzada entre Lleida y Les Borges La concesión de la AP-2 llega a su fin este verano mientras el ministerio de Transportes prepara los primeros estudios para desdoblar la carretera N-240 entre Lleida y Les Borges Blanques con una nueva calzada. Esta ha sido la solución elegida por el Gobierno para mejorar la movilidad y la seguridad en este tramo, una vez descartado el proyecto original de la autovía A-27 entre la capital del Segrià y Tarragona.
La propuesta actual plantea que los vehículos circulen por la autopista sin peaje hasta Montblanc, donde podrán conectar con la autovía. El tramo final desde Valls hasta la capital de la Conca de Barberà, que incluye el túnel del Coll de Lilla, está actualmente en obras.
A la espera de liberar el peaje, Generalitat y Estado pactaron en los últimos años desvíos de camiones desde la N-240 a la AP-2 con peajes bonificados, una medida que provocó protestas entre los transportistas.