Una población dispersa y envejecida son los principales obstáculos a la hora de vacunar a las personas mayores de los pueblos pequeños
Las características de comarcas como el Pallars Sobirà, con población muy envejecida, muy dispersa en pequeños pueblos y alejada de los consultorios médicos, hace que la logística a la hora de administrar la vacuna contra la covid-19 sea más complicada del habitual.
Para evitar el desplazamiento de las personas de más de 80 años en los consultorios son los equipos de enfermeras las que se desplazan pueblo por pueblo. Gerard Gabriel, enfermero del Área Básica del Pallars Sobirà, ha explicado que en función de las dosis que tienen para administrar citan a las personas en un determinado equipamiento público. En el caso de Alins, han citado a seis personas mayores de 80 años en el edificio del Ayuntamiento y han vacunado a una vecina en casa.
En Alins, a 13 kilómetros de Llavorsí, donde está el consultorio, las enfermeras han vacunado a siete vecinos (uno en el domicilio y seis en una sala del Ayuntamiento). Cuatro de las personas vacunadas eran del mismo pueblo y las otras dos, de pueblos vecinos, que se han hecho acompañar por familiares.
Gabriel ha explicado que en el caso de una persona que no se puede desplazar, es una ambulancia la que la traslada hasta el punto más próximo de vacunación.
Después de Alins el equipo ha ido a Ribera de Cardós, a 14 kilómetros de distancia. Allí han citado a 14 personas mayores de 80 años, la mayoría de Ribera, pero otros que han venido de pueblos vecinos.
Gabriel ha explicado que la logística para administrar las vacunas es complicada, pero que tener que hacer muchos kilómetros por carreteras rurales no es un problema porque "es su día a día".