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Torrelameu investiga con cadáveres humanos al usar menos animales

Adaptan las instalaciones del CREBA al aumentar las restricciones de la UE a investigar con animales

Imagen de archivo del CREBA de Torrelameu.

Imagen de archivo del CREBA de Torrelameu.ACN

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El Centre de Recerca Experimental Biomèdica Aplicada (CREBA), concebido en sus inicios para la formación y la investigación médica con cerdos, emplea cada vez menos ejemplares vivos para la experimentación y la formación. En su lugar, potencia el uso de simuladores, de vísceras animales y de cadáveres humanos. Esto último ha requerido adaptar las instalaciones de Torrelameu, que no estaban preparadas para ello en el momento de su inauguración en 2016. Así lo explicó ayer el director del CREBA, Jorge Juan Olsina, que valoró que este modelo se impondrá en el futuro, puesto que “la normativa europea sobre experimentación animal cada vez es más restrictiva”.

“Solo usamos animales en una pequeña proporción, ya que muchos de los cursos e investigaciones que llevamos a cabo no los necesitan”, apuntó Olsina. Señaló que las prácticas con simulaciones, vísceras y cadáveres humanos suponen ya un 30% de la actividad del centro y “es una tendencia a la que deberemos adaptarnos cada vez más”. Indicó que las restricciones por parte de la UE “hacen que cada vez tengamos que usar menos animales” y valoró que este “será el futuro a nivel de formación de cirugía, traumatología y diferentes especialidades” a nivel europeo.

En cuanto al uso de cadáveres humanos, especificó que son trasladados desde diferentes universidades “a nivel nacional” y que “hacemos cursos con ellos para determinadas especialidades” en el CREBA.

Olsina insistió en que los cerdos son un buen modelo para investigación y formación y subrayó que “no se verá sufrir a ningún animal” en el centro. Puntualizó que en este sector se está imponiendo el uso de ejemplares tratados genéticamente para conseguir que no crezcan más allá de los diez kilos: son los llamados minipigs.

El director apuntó que actualmente disponen de algunos ejemplares en el CREBA, si bien “tienen el problema grave de ser muy caros, cuestan prácticamente diez veces más que un cerdo normal, lo que hace que la investigación con ellos sea cara”. Olsina hizo estas declaraciones en un acto en que la Diputación, impulsora del centro junto con el IRBLleida, hizo balance de sus primeros 5 años (ver desglose).

Más de 1.300 profesionales en más de noventa cursos

Más de 1.300 profesionales han asistido a los 95 cursos que se han impartido en el CREBA desde su inauguración hace cinco años, en 2016. El presidente de la Diputación, Joan Talarn, recalcó la elevada participación en la actividad formativa de este centro, que calificó como el “gran centro de investigación” de las comarcas leridanas.

Uno de cada tres participantes en los cursos del CREBA han sido extranjeros, procedentes de países como Japón, Israel, Francia, Italia, Brasil y Portugal, según datos de la Diputación. “No se trata de estudiantes, sino de especialistas”, puntualizó el director del centro. Se trata de médicos, enfermeras, investigadores y veterinarios en busca de formación específica. El centro, que depende del Institut de Recerca Biomèdica (IRBLleida) ha atraído a estos profesionales gracias a los avances tecnológicos y unas instalaciones que el director calificó de “espléndidas”.

“Mientras hay centros que emplean material que desechan los hospitales, yo a veces tengo en el CREBA un material mejor que el del hospital”. Esto se debe al acuerdo con una multinacional alemana que, desde 2016, facilita y actualiza equipos de última generación para mostrar su funcionamiento a los profesionales que los prueban en Torrelameu. 

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