COMARCAS
Acaparar las energías renovables
Lleida reúne en pocas manos la mayor parte de la solar y eólica de Catalunya
El boom de las energías renovables se aprecia con especial intensidad en Lleida, que concentra más de la mitad de los molinos de viento y cuatro de cada 10 hectáreas de paneles solares en trámite en Catalunya. Unos pocos promotores impulsan estas centrales, que son objeto de protestas para exigir menos impacto en el territorio y más beneficio social.
La Segarra fue escenario ayer de actos que cuestionaron la implantación de nuevas centrales eólicas que sumarían 153 nuevos molinos en esta comarca, donde ahora funcionan 18. Vecinos de Sant Ramon expresaron su preocupación con la lectura de un manifiesto y colgaron pancartas contra los macroparques. Por la tarde, detractores y defensores de los grandes proyectos de energías renovables debatieron en un acto convocado por la asociación de vecinos de Rubinat y la plataformas Salvem Ribera d’Ondara en este municipio, donde se proyectan 44 aerogeneradores.
Frente a un público mayoritariamente contrario a “macroproyectos”, el alcalde de Ribera d’Ondara, Francesc Sabanès, defendió las centrales eólicas al considerar que “salvarán de la precariedad económica” al municipio. Recibió críticas por no informar a los vecinos y no buscar consenso con ellos.
Más de la mitad de nuevas plantas podrían quedarse sin autorización, estima el director general de Energía
Los parques eólicos que ya funcionan en Lleida suponen unos ingresos de unos 1,4 millones al año para los 8 municipios que los acogen. Además del alcalde de Ribera d’Ondara, otros ediles se han posicionado a favor de grandes plantas ante la expectativa de conseguir nuevos fondos.
Els Omells de Na Gaia ha recibió el proyecto de una central eólica como una posible solución a sus problemas económicos. El pago de una cuantiosa indemnización por un accidente lastra desde hace años las cuentas de este municipio.
También el alcalde de Castelldans ha expresado su apoyo a centrales fotovoltaicas en este municipio. De forma paralela, prosiguen las movilizaciones ecologistas y vecinales en Les Garrigues y el Pallars Jussà que exigen poner coto a las energías renovables.
Una palabra clave para describir el boom de las energías renovables en Lleida es “concentración”. Se da en el ámbito territorial, ya que las comarcas leridanas reúnen más de la mitad de los molinos de viento y cuatro de cada diez hectáreas de paneles solares previstas en Catalunya. También se aprecia en el ámbito empresarial, puesto que el número de promotores de centrales eólicas y fotovoltiacas es pequeño en comparación con el alud de proyectos en marcha.
Tan solo una decena de empresas impulsan 45 nuevas centrales eólicas en Lleida. Suman 433 molinos, el doble de los que ya funcionan. La lista de promotores incluye a firmas del sector energético como Endesa, Naturgy y Repsol; el Banc Sabadell; el grupo minero aragonés Samca, e inversores en energías renovables de Noruega y Austria.
El número de promotores es mayor en las 101 plantas solares en trámite en Lleida, aunque más de la mitad están en manos de solo 12 empresas. El grupo Ignis impulsa siete de las instalaciones más grandes y potentes; mientras que una sociedad participada por Casa Tarradellas promueve ocho en el Solsonès, la Segarra y la Noguera.
Entre los artífices del boom de las renovables destaca Forestalia, con sede en Madrid y encabezado por el empresario Fernando Samper. Está detrás de ocho centrales solares y otras tantas eólicas en Lleida. Colabora con la firma Blueprom, que elabora, tramita y gestiona proyectos para ellos en las comarcas leridanas. Esto incluye reuniones con vecinos y entes locales, algo para lo que ha recibido asesoramiento de Josep Grau, exconseller de Agricultura y antiguo presidente de Aigües del Segarra-Garrrigues.
Los planes para construir decenas de molinos y vastas extensiones de paneles solares en comarcas como la Segarra, les Garrigues y el Pallars Jussà preocupan a ecologistas y vecinos. Son el germen de una movilización cada vez mayor que exige un despliegue ordenado de estas instalaciones, para evitar que se aglomeren en áreas económicamente deprimidas y reducir su impacto ambiental y paisajístico. Frente a macroproyectos en manos de unas pocas empresas, proponen dar protagonismo al autoconsumo y a comunidades locales de producción eléctrica. Todo ello, para extender los beneficios de las energías limpias al conjunto de la sociedad.
Frente a esta aspiración, el modelo actual concentra los beneficios para el territorio en las arcas municipales, a través de impuestos como el ICIO y el IBI; y en el dinero que dueños de suelo rústico obtienen por alquilarlo para plantas solares y eólicas. Reciben cantidades muy superiores a las de un alquiler agrícola, algo que, según sindicatos agrarias y comunidades de regantes, impide que agricultores reúnan suelo suficiente para tener explotaciones viables.
La Generalitat influye en el rumbo actual de las energías renovables. De hecho, aboca a los promotores a competir por el suelo donde instalar paneles solares y molinos de viento.
Cuando proyectos de distintas empresas optan a las mismas parcelas, la autorización es para el primero que complete su tramitación. La normativa del Govern persigue metas ambicioses en plazos muy ajustados: pasar de 1.270 MW de fuentes renovables a 10.000 en 2030, y alcanzar los 48.000 en 2050.
El director general de Energía, Manel Torrent, cree que el autoconsumo no basta por sí solo para lograr estos objetivos. También podrían peligrar, afirma, si se limitase el número de instalaciones por comarcas o veguerías.
“La Generalitat no decide dónde instalar plantas, lo hace cada promotor”, recordó, y recalcó que el papel de la administración es “evaluar si las propuestas se ajustan a las normas”. Ante el alud de proyectos pese a la criba inicial de la ponencia de energias renovables, Torrent estimó que “más de la mitad podrían acabar su tramitación sin lograr la autorización”.
Alta radiación solar, viento y disponibilidad de suelo
El llano de Lleida tiene el mayor índice de radiación solar de España junto con Almería y uno de los mayores de Europa, lo que atrae plantas fotovoltaicas. La disponibilidad de suelo rústico a precio aseguible despierta también el interés de los promotores de energías renovables.
Paneles solares baratos y molinos cada vez mayores
Los paneles fotovoltaicos son hasta un 80% más baratos que hace una década, lo que favorece centrales solares a una escala inédita hasta ahora. Por su parte, los molinos de viento son cada vez mayores y más potentes, y han pasado de 1,5 MW de potencia a superar los 5 MW.
Financiación internacional y un marco legal favorable
Fondos de inversión de todo el mundo apuestan por las energías renovables, algo que espolea nuevos proyectos. En Catalunya, el decreto de 2019 convierte el proceso de autorización en una carrera de promotoras por ocupar el mejor terreno.
Entre la exigencia de una moratoria y la propuesta de un pacto territorial
Un punto de conexión a la red eléctrica y una subestación cercana con capacidad disponible son factores clave para la viablidad de estos proyectos. Algunos promotores plantean construirlas por sí mismos para que varias centrales las compartan.
Infraestructuras eléctricas para evacuar la energía
El acuerdo para formar el nuevo Govern de la Generalitat podría suponer una moratoria para grandes proyectos de energías renovables. Esta es una cláusula que la CUP incluyó en su acuerdo con ERC para apoyar la investidura como president de Pere Aragonès. Para la CUP, la moratoria es el primer paso para derogar el decreto que el Ejecutivo catalán dictó en 2019 y que ha marcado desde entonces el rumbo de las nuevas instalaciones eólicas y solares en Catalunya. Como alternativa, propone elaborar un plan territorial que regule su implantación con criterios equitativos.
Esta misma semana, el Síndic de Greuges se ha sumado a la petición de una moratoria a nuevos proyectos de energías renovables.