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Vacunación a personal de la fruta ayer en Alcarràs.

Vacunación a personal de la fruta ayer en Alcarràs.GERARD HOYAS

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Los ayuntamientos son la primera puerta a la que llaman y la primera que se abre”. Así resume el alcalde de La Granja, Manel Solé, cómo es la actuación de los consistorios con los temporeros que trabajan en la campaña de la fruta en el Baix Segre entre mayo y septiembre.

Su tarea como vigilantes se ha intensificado con los años para garantizar que tengan contratos y vivan en condiciones dignas, una función que ha tomado dimensiones ilimitadas con la Covid. En 2020, con la pandemia en auge, Alcarràs, Aitona, Seròs, Soses, La Granja, Torres de Segre y Massalcoreig invirtieron casi 700.000 euros en contratar vigilantes, habilitar instalaciones y preparar la logística para frenar contagios.

En marzo de este año cobraron las ayudas de la Generalitat y reclaman nuevas subvenciones para sufragar el operativo de esta temporada (ver desglose). “Entre contratos a agentes cívicos y habilitar dependencias este año el gasto también superará los 110.000 euros”, asegura la alcaldesa de Aitona, Rosa Pujol.

La masiva llegada de temporeros es la razón de que todos los alcaldes reclamaran la vacunación del sector, que ahora se lleva a cabo para evitar confinamientos como el que el Baix Segre sufrió el pasado mes de julio. Los trabajadores, originarios del Magreb, África subsahariana, Sudamérica y del este de Europa, llegan a Lleida desde Andalucía y Extremadura tras la recolección de la fresa y la cereza; en el Baix Segre se dedican desde mayo, principalmente, a la fruta de hueso (melocotón, nectarina y paraguayo) y después en el Segrià, Pla y Noguera a la fruta tardía y a la manzana y la pera.

Tras el verano van a la vendimia a Tarragona, La Rioja y Francia y, de allí, a la recolección de la naranja en Levante y la oliva en el Sur del Estado, ya en invierno. Muchos vienen de paso, otros son asiduos cada campaña e incluso los hay que se han quedado a vivir.

Están en albergues, pisos alquilados o con familiares y los ayuntamientos velan porque sigan las medidas de seguridad para evitar que el virus se propague..

Alcarràs, Torres de Segre, Seròs y Soses ya han abierto sus abergues para alojar a casi 300 personas

En esta campaña los consistorios del Baix Segre han contabilizado casi 11.000 trabajadores contratados, la mitad que otros años ya que hace falta menos personal: la producción se ha reducido sensiblemente a causa de las heladas de marzo. En toda el área frutera de Lleida se prevé que la mano de obra supere los 22.000 empleados (ver página 3).

Control periódico a una granja de Massalcoreig El ayuntamiento de Massalcoreig vela, casi diariamente, por una veintena de temporeros que viven en una granja privada de la población. Pese a tener contrato y residencia garantizada por el payés, han manifestado que prefieren estar en la granja. Así lo explicaron fuentes municipales, que afirman que cumplen las medidas de seguridad.

Dispositivo tanto para dar alojamientos como para afrontar la pandemia Los ayuntamientos cuentan con la experiencia del pasado año y tienen lista la logística para la campaña. Aitona, al igual que La Granja d’Escarp, ha contratado agentes cívicos que se suman al personal de Servicio d’Ocupació de Catalunya (SOC) con 54 mediadores.

Aitona ha instalado 15 módulos de aislamiento en la zona deportiva. Por su parte, Alcarràs ha abierto el albergue de 96 plazas a disposición de los payeses que necesiten alojamiento para su plantilla y tiene otras 32 en módulos llevar a cabo cribados y el aislamiento de positivos en Covid.

En La Granja hay un espacio para test PCR en los vestuarios del campo de fútbol para 5 o 6 personas y otro de confinamiento para 18 o 20 en la sala polivalente, por si no hay sitio en La Manrena de Juneda, el albergue de Bellpuig y el Hotel Nastasi. Torres de Segre ha abierto el albergue de temporeros con 110 plazas, que ya está lleno, y también cuenta con una sala de cribado para 10 personas que también se puede usar para confinamientos.

El albergue municipal de Soses, con 48 plazas, también está ocupado y se ha habilitado un espacio de selección para hacer test de Covid y aislar contactos de seis módulos. El consistorio de Seròs ha preparado su albergue municipal de 35 plazas y tres casetas para detectar contactos delante del CAP.

Massalcoreig habilitara 10 camas en el Casal Social. Corbins o Torrelameu también han habilitado espacios.

Por otra parte, los mediadores culturales de Salud dicen que este año hay más concienciación de los trabajadores y que “si hablas en su idioma ven que los quieres ayudar”, explica Zaynab El Ghizlany. .

Vacunación a personal de la fruta ayer en Alcarràs.

Vacunación a personal de la fruta ayer en Alcarràs.GERARD HOYAS

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