Un micropueblo del Alt Urgell paraliza pisos turísticos que impulsa un inversor foráneo

Cabó, un micropueblo del Alt Urgell con apenas noventa vecinos censados, ha paralizado los pisos de uso turístico (HUT) en el municipio, tras constatar que un inversor foráneo había empezado a comprar viviendas en la localidad para darles este uso. El ayuntamiento ha emitido un edicto de suspensión de licencias, que le otorga un plazo de un año para regular esta actividad. El alcalde, Josep Marquès, explicó que pretenden “frenar conflictos con los vecinos” y evitar “problemas de aparcamiento y de abastecimiento de agua” derivados de la llegada de turistas.

La suspensión llega cuando el inversor ha adquirido ya una vivienda en el centro histórico y tanteaba la compra de otra. La primera, de poco más de 60 metros cuadrados, “quieren rehabilitarla y alquilarla para un máximo de 15 personas”, afirmó el alcalde, que considera este proyecto “una barbaridad”. “No otorgaremos licencia a menos que planteen otro uso para la casa”, dijo. La regulación que prepara el consistorio se incorporará a la planificación urbanística y se aplicará tanto en Cabó como en los núcleos agregados de El Vilar y El Pujal.

Actualmente hay 3.587 pisos de uso turístico en las comarcas de Lleida y suman un total de 19.729 plazas

Cabó no es ajeno al turismo. De hecho, tiene una casa de turismo rural con capacidad para 30 personas. Está en el núcleo antiguo de Cabó y, según Marquès, basta por sí sola para generar problemas de aparcamiento, en especial en fin de semana. “Aparcan de cualquier manera e impiden el paso de los vecinos que viven en el centro histórico”, aseguró. “No queremos que el problema vaya a más”, dijo.

En Cabó viven unas treinta personas de forma estable, apenas una tercera parte del censo oficial. Sin embargo, la población llega a triplicarse en fin de semana y vacaciones. “Además de la residencia turística hay segundas residencias, y todo eso que acaba colapsando el núcleo antiguo”, subrayó el alcalde.

En los últimos años, diferentes municipios han regulado la implantación de pisos de uso turístico. Actualmente hay 3.587 y suman 19.729 plazas. Uno de los principales motivos para ponerles coto es evitar que encarezcan el precio del alquiler residencial. Vielha fue el primero y le siguió Àger, mientras que la Cerdanya ha suspendido también licencias para regular esta actividad. Las iniciativas para hacerlo se dan en un momento en que la pandemia ha favorecido la llegada a pueblos rurales de nuevos habitantes procedentes de las ciudades. Sin embargo, un estudio de la UdL advierte sobre 89 municipios en riesgo de despoblación.

Naut Aran proyecta pisos sociales y habilitar locales como viviendas

El pleno de Naut Aran aprobó ayer dos proyectos para dotar al municipio de viviendas sociales, las primeras desde las 18 construidas en Arties en 2003. El primero plantea edificar 30 pisos sociales en Salardú, y el otro abre la puerta a habilitar locales comerciales vacíos para uso residencial (ver SEGRE del 27 de diciembre). El ayuntamiento quiere paliar así la ausencia de vivienda asequible en este municipio, donde segundas residencias e inmuebles de alquiler turístico disparan los precios.

El cambio en las normas urbanísticas para los pisos de alquiler social en Salardú recibió la aprobación inicial. Incluye ampliar el parking con 290 plazas subterráneas y equipamientos como un centro de día, una biblioteca y un gimnasio. Supondrá una inversión de unos 8 millones, de los cuales el consistorio ha obtenido 2,5 con la venta de solares en Baqueira y Arties. En cuanto a habilitar locales como viviendas, el proyecto recibió la aprobación provisional y se someterá al visto bueno de Urbanismo.