El reto de encontrar a un secretario para un ayuntamiento pequeño: "renuncian porque venir es trabajar mucho y cobrar poco"

Un pleno se puede celebrar sin alcalde, pero nunca sin un secretario. Es una figura indispensable para un ayuntamiento, pero no siempre fácil de tener. Es el Estado quien convoca las oposiciones y, desde hace tiempo, la convocatoria de plazas no cubre la demanda. Lo demuestran los datos: el 40% de los ayuntamientos no tienen secretario de carrera. Es decir, con oposiciones, y la figura está en manos de interinos. Una situación que, según el Col·legi de Secretaris, Interventors y Tresorers de Catalunya, provoca un alto nivel de intrusismo. El panorama es tan grave que los ayuntamientos grandes se disputan a los secretarios a precios fuera de mercado, y los más pequeños ni siquiera pueden optar: "Renuncian a la plaza porque venir aquí es trabajar mucho y cobrar poco".

Hace un año, en medio de la pandemia, el Ayuntamiento de Aguilar de Segarra, en el Bages, se quedó sin secretario municipal. Para un municipio pequeño, de menos de 300 habitantes y con poca capacidad económica, es muy complicado poder optar a un secretario de carrera porque hay pocos, y los que hay prefieren trabajar en ayuntamientos mayores, donde las condiciones laborales y salariales suelen ser mejores.

Pero un ayuntamiento no puede sobrevivir sin secretario. Por poner un ejemplo, sin esta figura, ni siquiera se podrían pagar las nóminas de los trabajadores. Por eso, Aguilar de Segarra y Rajadell, dos municipios vecinos, decidieron unirse y promocionar a una trabajadora interna del Ayuntamiento. La plaza, por lo tanto, está en manos de una interina, que conoce muy bien la realidad de los dos municipios, pero que, en cambio, no ha pasado el proceso de oposiciones. A efectos legales, no hay ninguna diferencia. De hecho, su figura se ha aprobado por la dirección general de Administración Local y es la solución que se ha encontrado para cubrir la oferta de secretario.

Para el alcalde de Aguilar de Segarra, Pere Aliaguilla, esta opción, incluso, tiene una gran ventaja: "Hemos promocionado a una persona interna, que tenía conocimientos del pueblo y su adaptación ha sido fácil". Pero desde el Col.legi Professional de Secretaris, Interventors i Tresorers de Catalunya eso se ve como un intrusismo, y su portavoz, Llum Bruno, asegura que la única opción para solucionarlo es que el Estado convoque más plazas.

En la última oferta, sólo se convocaron unas 300 para todo el Estado y, de secretarios, se necesitan en cada ayuntamiento. "No somos bastantes funcionarios de carrera para cubrir todas las vacantes que existen, esta es la problemática y tiene fácil solución: convocar oposiciones", reclama Bruno.

Precios fuera de mercado

La falta de oferta hace que los grandes ayuntamientos se disputen a los secretarios de carrera, y los pequeños ni siquiera pueden optar. De hecho, según explica al alcalde de Rajadell, Joan Carles Lluch, ni siquiera quieren acceder a una plaza de un pueblo pequeño por no ser "lo suficientemente atractiva". "Venir a los pueblos pequeños, representa trabajar mucho. En una ciudad grande, el secretario tiene una plantilla bajo su mando, pero en nuestro caso, la gente pide hora directa con el secretario".

Moià tampoco tiene secretario. "Nos los sacamos de las manos y nos los robamos unos ayuntamientos a los otros poniendo más dinero. El sueldo va a precio de mercado, pero en cambio la titulación y la responsabilidad va absolutamente pautada por unas oposiciones que organiza el Estado", explica el alcalde, Dionís Guiteras. "Me preocupa que, por dejadez del Estado y de la Generalitat, los ayuntamientos tengan que jugar al mejor postor, y eso quiere decir 60, 70, 80, 90 o 100.000 euros para tener una figura jurídica que es obligatoria tenerla, y no se están dando soluciones al mundo local para que esta situación no nos lleve a una espiral diabólica que puede llevar, incluso, a la desaparición de algunos ayuntamientos o al colapso administrativo", subraya el alcalde.