Condenada a 4 años de prisión por matar a su bebé al zarandearlo porque lloraba en Tàrrega

La joven de Tàrrega investigada por causar la muerte de su bebé de un mes, que falleció el pasado 18 de noviembre en el hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, aceptó ayer una condena de cuatro años de prisión como autora de un delito de homicidio por imprudencia grave, en el que incurrió por matar al pequeño al zarandearlo porque no paraba de llorar.

La mujer, de 19 años, ingresó voluntariamente en prisión a finales de junio tras el acuerdo que alcanzaron la Fiscalía y la defensa, que ayer fue ratificado por el juzgado de lo Penal número 3 de Lleida en un juicio por conformidad. La causa contra el padre, que también fue investigado, se archivó porque cuando sucedieron los hechos no se encontraba en el domicilio. Se considera probado que la ahora condenada, “entre las 9.00 y las 10.00 horas del 5 del noviembre de 2020, se quedó sola al cuidado del bebé.

Como quiera que este no paraba de llorar, la acusada, con absoluto desprecio de las más esenciales reglas de cuidado y diligencia, pero sin querer el desenlace que finalmente aconteció, aunque este era previsible, agarró al bebé y lo zarandeó enérgicamente, provocando que se golpeara la cabeza con una superficie lisa”. El niño, que había nacido el 3 de octubre, sufrió múltiples lesiones, como una hemorragia intracraneal. Ingresó en urgencias del hospital Arnau de Vilanova tras ser atendido por los servicios sanitarios en su domicilio.

El centro, ante la gravedad de las lesiones, decidió el traslado del bebé al hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, donde falleció el 18 de noviembre, como avanzó SEGRE. La autopsia reveló que las lesiones eran compatibles con el síndrome del bebé sacudido o del zarandeo. Se trata de una lesión cerebral grave que se produce por sacudir violentamente a un bebé. Los facultativos están obligados a informar a las autoridades sobre todos los casos sospechosos de maltrato infantil. 

Quedó libre con cargos cuando el niño estaba hospitalizado La joven no ingresó preventivamente en prisión. El juzgado de Cervera que investigó el caso la dejó en libertad con cargos el 12 de noviembre tras pasar a disposición. El bebé estaba entonces hospitalizado, por lo que la mujer era investigada por un delito de malos tratos y no por homicidio. La jueza retiró la tutela y el padre declaró como testigo. A la salida del juzgado, la madre señaló que “el bebé nació así”. Pese a la retirada de la tutela, la magistrada resolvió que los padres podían seguir visitando a su hijo en el hospital. También se adoptaron medidas como la comparecencia cada 15 días en el juzgado, la retirada de pasaporte y la prohibición de salida de España. Tras la muerte del bebé, ambos declararon de nuevo. El padre pasó de testigo a investigado, pero la causa contra él se archivó.