«La sentencia por el incendio de Horta ha llegado tarde y mal»

El bombero La Pobla de Segur que sobrevivió al incendio forestal de julio de 2009, en el que perdieron la vida otros cinco compañeros GRAF de Lleida, reflexiona sobre lo ocurrido doce años después

Cuatro años de prisión por cinco delitos de homicidio por imprudencia, uno de lesiones y otro por el incendio forestal de Horta. ¿Qué opinión le merece esta sentencia?

Me parece que para algunas cosas la justicia va muy rápido y, para otras, todo lo contrario. Doce años son muchos, pero quienes lo han sufrido más son las familias y el colectivo de bomberos. Ya tocaba cerrar este episodio judicial, aunque el hecho de que haya coincidido con el decimosegundo aniversario del accidente parece incluso una mofa. Es desagradable. Por cuatro o cuarenta años que les impongan a los autores, nada de eso nos devolverá a los compañeros. Al menos cerramos la parte jurídica, aunque la herida seguirá siempre abierta.

¿Los acusados de originar aquel incendio en julio de 2009 les han llegado a pedir perdón?

Jamás. Y lo que es ridículo y un poco penoso a nivel humano es que han tenido doce años para expresar una pequeña muestra de duelo o de arrepentimiento. Imagino que no querían provocar lo que al final pasó, pero lo cierto es que generaron un incendio con consecuencias fatales. Que tuvieran un gesto de cara a las familias y al colectivo, pidiendo disculpas por el daño que pudieron provocar… Pero no han dicho absolutamente nada, y refleja a qué nivel humano están. Eso, quieras o no, lo llevas dentro.

Comenzó siendo bombero a los 18 años y actualmente trabaja como coordinador en la unidad técnica del Grup de Recolzament d’Actuacions Forestals (GRAF). ¿Después de aquel trágico accidente nunca se planteó dejar el oficio?

Sí, claro que lo pensé en los primeros meses. Si seguí en el cuerpo fue por los compañeros del colectivo y el cariño que siempre me han dado. Quería volver para seguir colaborando y contribuyendo en esta labor.

¿Cree que el cuerpo de Bomberos de la Generalitat aprendió algo de lo ocurrido?

Por supuesto. Doce años dan para cambiar mucho y, si no fuera sí, algo estaríamos haciendo mal. El fuego de Horta de Sant Joan nos sorprendió en muchos aspectos, y desde entonces los incendios han ido evolucionando. El aprendizaje se ha ido haciendo día a día: han cambiado protocolos y también han cambiado los bomberos y bomberas, a nivel de cómo enfocar los fuegos y cómo entenderlos.

A raíz de aquel incendio se desató un intenso debate político. ¿La administración asumió alguna responsabilidad por lo ocurrido?

En el documental El gran silenci ya intentamos explicar que lo que pasó fue un accidente en el que falló mucha gente: los Bomberos tuvimos nuestra parte de responsabilidad −tenemos que tenerla para aprender en casos como este−; a nivel de medios de comunicación se buscó la información más amarilla; los políticos hicieron un uso partidista de lo ocurrido; y como sociedad tampoco lo afrontamos de la mejor manera.

Todo ese cóctel desagradable impactó en primer lugar en las familias de los implicados y, en segundo, en el colectivo de bomberos, que se llegó a sentir ninguneado. Con los años sí que he visto que mucha gente ha asumido parte de su responsabilidad, que pasa por un cambio de conducta.

También hay gente que no lo ha hecho, como los dos acusados, con su silencio.

¿Los incendios forestales son ahora más difíciles de controlar?

Sí. En Catalunya tenemos una ingente cantidad de masa forestal y a eso hay que añadir los efectos del cambio climáticos, con temperaturas que cada año van batiendo récords. Esta campaña se prevé muy complicada. Estamos a mediados de julio y estamos en el nivel 5 de 6 de alerta por incendio en el 80% del territorio catalán.

Y si en los próximos días no llueve, se presenta un final de julio y un agosto con una simultaneidad de grandes incendios parecida a la del 2003. Va cambiando todo y tenemos que estar muy atentos, actuando rápido y de forma contundente. Y, sobre todo concienciar a la ciudadanía sobre la delicada situación, para que todos tengamos una actitud responsable.