Trampas, repelentes y linces contra la plaga de conejos

Colocar jaulas, incentivar la caza con hurones, aplicar repelentes inocuos a los cultivos e incorporar nuevas especies depredadoras como el lince son algunas de las medidas extraordinarias que se plantearon ayer en la reunión sobre cómo reducir la población de conejos en el llano de Lleida, donde se han convertido en una plaga. Así lo apuntó el delegado de Acción Climática, Ferran de Noguera, tras una reunión con responsables de la Federació de Caça de Lleida, sindicatos agrarios y cooperativas para abordar soluciones a este problema, tras constatar que la caza por medios convencionales es insuficiente (ver desglose).

La Generalitat ha reclamado la colaboración de los 96 cotos de caza leridanos. De Noguera dijo que, por ahora, la gran mayoría responde favorablemente, y que aplicarán medidas de emergencia cinegética a los que queden al margen. Además, se solicitará a los responsables de autopistas, autovías y lineas ferroviarias que retiren hierbas y matorrales de los márgenes de estas infraestructuras. Del mismo modo, se plantea crear un manual de buenas prácticas para que las fincas agrícolas estén limpias de vegetación y no atraigan a los conejos.

Más de 250.000 animales capturados, pero no es suficiente

Acción Climática ha contabilizado más de 250.000 conejos capturados en 2020. Sin embargo, una de las conclusiones de la reunión de ayer es que la caza no es suficiente y hay que abordar nuevas estrategias. La plaga se ha extendido a más comarcas. Comenzó en el Segrià y Les Garrigues y ahora están afectadas el Pla, el Urgell, la Segarra y la Noguera.

Medidas como facilitar la captura en áreas privadas y las batidas nocturnas no han dado los resultados previstos. Los payeses denuncian graves daños en sus cultivos, no solo de cereal sino también en frutales, donde se comen la corteza y la raíz hasta matarlos.

Temen que los seguros no se hagan cargo de los perjuicios y algunos dejan fincas cultivadas solo para que coman estos animales..