El Gobierno reitera que el sistema de pago futuro irá a cargo del usuario

La ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, aseguró ayer desde el peaje de la Roca del Vallès (AP-7) que el futuro modelo de pago por el uso de las autopistas, que se estudia para 2024, será “homogéneo territorialmente”. En todo caso, dijo que será un sistema de pago por uso en el que deberá ser quien contamine el que financie el mantenimiento de las autopistas, que irá a cargo del Estado pero que el Gobierno no quiere cargar a los Presupuestos Generales. Un sistema que “en ningún caso será asimilable ni tendrá nada que ver con la idea de peaje tal y como se conoce”, dijo, y añadió que “será un sistema público, justo y homogéneo territorialmente, que no produzca agravios” entre territorios, como admitió que ha ocurrido con las autopistas catalanas.

Poco después, el vicepresidente de la Generalitat Jordi Puigneró (JxCat), reivindicó desde el mismo punto que el Estado traspase las autopistas tras su liberalización y que rescate las cuatro vías que aún quedarán de pago (ver claves).

Señaló que estos peajes “son la consecuencia del déficit en infraestructuras del Estado en Catalunya” y aseguró que el Gobierno central “debería pedir perdón por el expolio de casi 50 años sin prácticamente construir ninguna autovía en Catalunya”, que, según él, han pagado los catalanes. Cifró este “expolio” en los 752 millones que el ministerio asegura que ahorrarán los usuarios de la AP-2 y la AP-7 La Generalitat ha apostado históricamente por la viñeta.

Mientras, la UE apremia para que en 2024 se establezca una forma de pago que repercuta en el usuario y en quien más contamina..