Siete pueblos de Lleida quieren acoger refugiados para frenar la despoblación
Proyecto que la Associació de Micropobles de Catalunya negocia con la Generalitat
La Associació de Micropobles de Catalunya quiere frenar la despoblación que sufren numerosos pueblos rurales acogiendo en ellos a refugiados de Afganistán y otros países asolados por conflictos bélicos. Así lo explicó el presidente de la entidad y alcalde de Torrebesses, Mario Urrea. Indicó que su municipio es uno de los que están dispuestos a recibir personas que se han quedado sin hogar por la guerra y apuntó que hay al menos media docena más: Almatret, Llardecans, Bellaguarda, Riner, Pinós y Torre-serona.
La entidad plantea que los refugiados habiten casas vacías de los pueblos que los acojan, y busca el apoyo de la Generalitat para darles un primer empleo a su llegada y facilitar su inserción social. Para ello, esperan que el Servei d’Ocupació de Catalunya (SOC) establezca una línea de ayudas a micropueblos para que estos puedan contratar a sus nuevos vecinos para tareas del ayuntamiento durante un año. Según Urrea, se intentará que tengan empleos acordes con su formación. La negociación incluye también a la conselleria de Igualdad, que coordina la recepción de refugiados en Catalunya, y a la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB).
El responsable de Acción Social de la Associació de Micropobles, Xavier Camps, explicó que la UAB colaborará con programas de emprendeduría para brindar alternativas de empleo a los refugiados una vez que se acabe el año de contrato del SOC y favorecer su integración social. Añadió que la conselleria de Igualdad intentará que estas personas se instalen en pueblos “lo más afines posible a los lugares de origen”.
Camps lleva trabajando en el proyecto más de año y medio y afirmó que ya está muy avanzado. Apuntó que en breve se aprobarán las bases para 25 pruebas piloto. “Si funcionan, se ampliará la red de colaboración”, dijo. En Catalunya hay 4.000 refugiados de varios países en conflicto a los que se han unido recientemente los procedentes de Afganistán. Estos últimos son 134, de los cuales ninguno está en Lleida. Barcelona ha recibido a 73, Girona a 48 y Tarragona a 15, según los últimos datos del Gobierno.“Ahora estamos pendientes de los tempos que marque el Estado que es, en última instancia, el que dijo las condiciones y da papeles y permisos”, dijo Camps. “Será la conselleria de Derechos Sociales la que nos informe de cuándo podemos poner hilo a la aguja”, apuntó.
La Associació de Micropobles considera que esta iniciativa podría salvar de la despoblación a muchos pueblos, en especial de Lleida y Tarragona, donde más sufren la marcha de sus vecinos. Algunos de los municipios de Lleida que aspiran a acoger refugiados barajan alojarlos en viviendas de propiedad municipal, como en el caso de Almatret. En Torre-serona, el alcalde, Agustí Jiménez, indicó que el consistorio prevé mediar para que alguno de los propietarios de las 26 casas vacías del pueblo las alquilen a nuevos vecinos. El primer edil de Riner, Joan Solà, recalcó que este proyecto es al mismo tiempo una solución para pequeños pueblos que sufren despoblación y una labor social y humanitaria. “La mayoría de estas personas vienen del mundo rural, por lo que no será difícil entendernos y convivir”, valoró.