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MICOLOGÍA PREVISIONES

La temporada de setas en el Pirineo ya se retrasa más de un mes por la falta de lluvias

Expertos descartan una 'excelente producción' en otoño y aún tardará más si no llueve este mes

Los ‘ceps’ son aún caros de ver

Los ‘ceps’ son aún caros de verSEGRE

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La temporada de setas en el Pirineo de Lleida se retrasa un mes por el calor y la falta de lluvias generalizadas durante el mes de agosto. De hecho, según las estimaciones de los técnicos del Centre Tecnològic Forestal de Catalunya (CTFC), ya se ha perdido un mes de producción y aún se retrasará más si no llueve en lo que queda de este mes y octubre de manera sostenida.

Juan Martínez, responsable del área de micología del CTFC, explicó que agosto ha sido en general un mes seco aunque haya llovido de manera abundante en algunos puntos del Pirineo. “Para que la temporada sea buena la lluvia de agosto debe ser sostenida y hacerlo también en septiembre, octubre y noviembre”, dijo.

Asimismo, apuntó que el pasado mes de julio sí que en las zonas altas del Pirineo, donde la humedad fue constante, “se disparó la producción durante tres semanas en las que se pudo recoger algún cep y rossinyols, pero desde entonces ha quedado muy parado”, dijo. Puso como ejemplo el Solsonès, donde en una temporada húmeda en la primera quincena de septiembre ya hay setas, pero este año está todo muy seco, al igual que en la Cerdanya, la Val d’Aran o Sant Joan de l’Erm.

Martínez añadió que según las previsiones climáticas este otoño será cálido y poco lluvioso por lo que “no sería un buen año de producción, en comparación con 2018, que fue un año excelente, con una producción muy importante”, dijo.

En un año lluvioso normal, la producción media de setas oscila entre los 50 y los 70 kilos por hectárea, aunque en alguna zona del Pirineo esta producción puede ser mucho más elevada y llegar a los 140 kilos por hectárea o más.

Martínez explicó que en 2017 la producción no llegó ni a los 20 kilos por hectárea, mientras que al año siguiente se superaron los 80 kilos. “Junio y julio fueron calurosos, y en agosto ha habido un par de semanas de calor por encima de la media y las lluvias han dejado como mucho 40 litros por metro cuadrado”, dijo.

No obstante, habrá que esperar para valorar lo que sucede en zonas más bajas, es decir, en las comarcas centrales, Prepirineo y Prelitoral. En un principio se espera que las lluvias de septiembre y octubre ayuden a paliar los efectos de la sequía en los bosques del Pirineo y Prepirineo.

Mientras, algunos expertos boletaires ya han conseguido sus primeros hongos en bosques de Ripoll y Berga. Pocos o muy pocos en los bosques leridanos del Pirineo.

Las claves

Un mes de retraso. De momento esta temporada ya se han perdido unas cuatro semanas de producción tras registrarse un agosto cálido y seco en el Pirineo y el Prepirineo, salvo algunas lluvias puntuales en lugares concretos.

Descartan un buen año. Los expertos descartan que este otoño sea muy bueno para la producción de setas, como fue el de 2018. Los dos últimos años tampoco han sido muy buenos en comparación con ese año, con mucha producción o el 2014, un año de récord.

Producción media de setas. En un año normal de lluvia la producción media de setas oscila entre los 50 y 70 kg por hectárea, e incluso de hasta más de 100 en zonas altas del Pirineo.

Otoño cálido. Las previsiones climatológicas apuntan que el otoño que viene será también cálido y poco lluvioso, lo que no beneficiará a la producción de hongos, aunque esperan que las lluvias de este mes de septiembre ayuden a paliar los efectos de la sequía.

Primeras recolecciones. Algunos ‘boletaires’ ya han conseguido sus primeros hongos en los bosques del Ripollès, l’Alt Berguedà o La Garrotxa. En Lleida, en julio sí que hubo setas en el Pirineo (‘ceps’ y ‘rossinyols’), pero ahora la producción es escasa.

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