La censura de Sant Ramon, en el aire hasta determinar si choca con la ley antitránsfugas

La moción de censura para destituir al alcalde de Sant Ramon, Aleix Bochaca (JxCat), está en el aire después de que el resto de concejales del ayuntamiento, tanto de JxCat como de ERC, la presentasen el lunes (como avanzó SEGRE ayer). La cuenta atrás de diez días hábiles para votarla en el pleno todavía no ha comenzado, puesto que el secretario municipal ha solicitado un plazo de al menos dos días para estudiarla antes de darle trámite. Así lo confirmaron los ediles de JxCat, que apuntaron a dudas sobre si la moción choca con la normativa contra el transfuguismo.

Esta norma se incorporó en 2011 a la ley electoral. Establece que, por cada edil que forme o haya formado parte del mismo grupo que el alcalde y apoye una moción de censura, se exigirá un voto adicional para aprobarla, además de la mayoría absoluta habitual. En Sant Ramon, la censura tiene el apoyo de 4 concejales de JxCat, en el gobierno; y 2 de ERC, en la oposición. Si se aplica esta norma con la composición actual del consistorio, harían falta 8 votos para destituir a Buchaca, algo imposible ya que la corporación solo tiene 7 miembros.

Sin embargo, la norma contra el transfuguismo ha sido parcialmente anulada por el Tribunal Constitucional. Su fallo entró en vigor tras las elecciones municipales de 2019. Suprimió un único párrafo, que extendía a cualquier concejal que “haya dejado de pertenecer, por cualquier causa, al grupo municipal al que se adscribió al inicio del mandato” la misma penalización en votos que los del grupo del alcalde a la hora de apoyar una moción de censura. Ahora el secretario municipal de Sant Ramon debe determinar si esta sentencia hace posible o no la moción.

El concejal de JxCat que opta a relevar a Bochaca, Josep Maria Ribera, afirmó que “somos conscientes del problema que representa por la ley contra el transfuguismo, pero aquí no lo hay”. “Si no nos dejan hacerla, quedaremos injustamente indefensos”, recalcó, aunque expresó su confianza en poder votarla.

Apuntó que todo el consistorio excepto el alcalde la apoya y se refirió a jurisprudencia que, a su parecer, avalaría su petición.

“Esto abre una puerta a una interpretación favorable del secretario que desbloquee la situación”, valoró. Por su parte, Bochaca manifestó su malestar ante una moción de censura “sin tener en cuenta los trámites administrativos” y dijo que, si prospera, seguirá como concejal hasta el final del mandato.

Dos mociones que prosperaron en Lleida con apoyo de díscolos

Dos mociones de censura se han aprobado en Lleida con el apoyo de ediles de partidos el gobierno, pese a estar ya en vigor la ley contra el transfuguismo. Las dos se votaron en condiciones muy poco habituales. La primera fue la que desbancó a Dante Pérez (PP) como alcalde de Gimenells en 2018. La impulsaron los concejales del PSC después de que Pérez dejase la formación socialista. Para aprobarla fue necesario que concejales que habían formado parte del gobierno dimitieran y que sus sucesores declinasen formar parte del grupo socialista. Con esto pudieron votar la censura sin la penalización de votos adicionales. 

La segunda tuvo lugar en agosto de 2019 en el consell del Pallars Sobirà, solo 41 días después de nombrar presidente a Gerard Sabarich (JxCat). Salió adelante con los votos de ERC y de un miembro de JxCat que quedó como edil no adscrito nada más constituirse el ente comarcal.