TECNOLOGÍA GESTIÓN FORESTAL
Nadie quiere construir la futura biorrefinería de Balaguer y la UdL habilita una provisional
Dos concursos para adjudicar las obras han quedado desiertos || El plazo para abrirla acaba a final de año y los responsables del proyecto piden una prórroga y tantean alternativas para no perder ayudas
El proyecto para poner en marcha una biorrefinería experimental en Balaguer ha chocado con un problema inesperado: nadie quiere construir el edificio que albergará esta instalación, dedicada a obtener materias primas para elaborar desde plásticos a cosméticos a partir de restos vegetales. Dos concursos convocados a lo largo de este año para adjudicar las obras han quedado desiertos al no presentarse ninguna empresa. Los responsables de esta iniciativa barajan ahora diferentes opciones para sacarla adelante y evitar perder subvenciones ya otorgadas por la UE.
La biorrefinería forma parte de un proyecto de especialización territorial (PECT) financiado por la UE. La Diputación lo coordina junto con la UdL, encargada de poner en marcha estas instalaciones.
El cobro de los fondos europeos está condicionado a completar el proyecto a finales de este mismo año, y sus responsables han pedido ya una prórroga por si no logran cumplir los plazos de las obras. El conjunto del PECT, bautizado como Imbiofust, suma más de cuatro millones de euros.
Fuentes de la UdL explicaron que, desde la redacción del proyecto, los precios de la construcción se han encarecido, algo derivado en parte de la escalada de precios de materias primas como el acero y la madera (como avanzó SEGRE el pasado 7 de septiembre).
Valoraron que sería necesario aumentar el presupuesto en unos 40.000 euros para que empresas se interesen en construir el edificio, previsto en una parcela del polígono industrial Campllong de Balaguer. Esto supondría pasar de 67.526 los euros que ofrecían los concursos que quedaron desiertos en abril y en junio a algo más de 107.000. Los responsables del proyecto tratan ahora de recabar estos 40.000 euros adicionales para poder sacar de nuevo las obras a concurso.
Con un presupuesto mayor, creen factible adjudicarlas y abrir el edificio a finales de este año, dado que está previsto construirlo con módulos prefabricados. En caso de que no sea posible, confían en la prórroga y, en caso de que les sea denegada, les queda todavía otro as bajo la manga: una biorrefinería habilitada de forma provisional que ha obtenido ya los primeros resultados (ver desglose). Incluso si el año termina sin el edificio de Balaguer y sin la prórroga, podrá presentar avances ante la UE para justificar la ayuda otorgada.
Cabe recordar que, junto a la prevista en Balaguer, el Centre de Ciència i Tecnologia Forestal impulsa otra biorrefinería en Solsona, también en el marco de otro proyecto financiado por la UE para obtener materias primas derivadas de la gestión forestal. La planta del Solsonès tiene finalidades distintas a las de la prevista en la Noguera.
La maquinaria ya funciona en el Parc de Gardeny
La UdL ya había adquirido con anterioridad la maquinaria para la biorrefinería. Al no tener aún el edificio para ella en Balaguer, la ha puesto en funcionamiento en el Parc de Gardeny, donde ha obtenido ya los primeros resultados.
A partir de biomasa vegetal han conseguido refinar ligninas, empleadas en bioplásticos; y polifenol, usado como conservante natural en cosmética. El precio de este último producto es de unos 200 euros por kilo.