Antiguos vecinos de la Clua volverán a habitar el pueblo junto a Rialb

Antiguos vecinos de la Clua, en Bassella, con casas y fincas expropiadas por la construcción del pantano de Rialb y que se vieron obligados a empezar una nueva vida en otras poblaciones, están dispuestos a volver al pueblo. A la espera de que la Confederación Hidrográfica del Ebro adjudique las obras para demoler las casas que se encuentran en peor estado de las que no quedaron anegadas (cuatro, más otras cinco pequeñas construcciones a modo de cobertizo), los vecinos ya han mostrado interés por volver a tener una vivienda “aunque sea como segunda residencia”, explicó la alcaldesa, Cristina Barbens. Media docena de familias abandonaron la Clua y solo quedaron 3 familias empadronadas, que todavía hoy pasan los fines de semana en las casas que resistieron a la construcción del embalse.

El ayuntamiento y la CHE estudian la fórmula para que una vez estén derruidas las construcciones, los terrenos pasen a ser propiedad municipal para poder vender las parcelas y conseguir revitalizar el pueblo.

“Hemos pedido una cesión gratuita o una compra simbólica”, apuntó Barbens. Con la construcción del pantano, Bassella perdió Castellnou y gran parte de la Clua. Barbens dijo que “queremos conservar como mínimo uno de los dos núcleos aprovechando que no quedó totalmente anegado, y que mantenga la identidad”. Una voluntad que también comparten sus vecinos. Expropiar las casas no era necesario para las obras de Rialb.

Fueron los propietarios de estas viviendas quienes exigieron a la CHE que las adquiriera junto con las tierras de cultivo que quedarían anegadas y que habían sido hasta entonces el medio de vida de los vecinos.