Teresa Jordà: «Renovables, mejor con plantas pequeñas y para autoconsumo»

Detuvieron un alud de proyectos para centrales solares y eólicas cuando ya sumaban 12 GW de potencia. Estaban cerca de los 14 GW, el objetivo para 2030. ¿Por qué no seguir adelante sin más?

Teníamos 12 GW sobre la mesa, pero no los queríamos de ese modo. Representan un modelo del siglo pasado, oligopólico y extractivista. El objetivo no es solo cambiar las fuentes de energía, sino también pinchar la burbuja especulativa y hacer la transición energética dialogando con el territorio. Nuestro modelo es distribuido, participativo y democrático.

El decreto habla de 16 comarcas que superan el 50% de producción energética renovable, el objetivo para Catalunya en 2030. ¿Las hay de Lleida, como Les Garrigues o la Segarra?

Hay comarcas que ya han cumplido de sobra con los objetivos de la transición energética. No cuesta imaginar cuáles son, pero esperaremos a los informes del Icaen que servirán como base para el nuevo plan territorial de las renovables. Los tendremos en cinco o seis semanas.

Anunció que cada comarca decidiría dónde instalar paneles solares y molinos. ¿Cómo lo harán?

Tras un alud de proyectos en un año, buscamos pacificar el territorio. Venimos del desorden y la falta de planificación. Ahora habrá orden y empoderaremos a la ciudadanía. Pensamos más en comarcas que en municipios, y no solo en ayuntamientos y consells, sino en consenso con todos los actores del territorio, como por ejemplo ecologistas y agricultores.

Solo así pasaremos del “aquí no” al “así, sí”. Participar en la transición energética no debe ser un sacrificio, sino una oportunidad. Si no la hacemos nosotros, otros nos la harán.

Si en una comarca que ya tiene muchos paneles solares una comunidad energética local quiere instalar más, ¿podrá hacerlo?

Nos interesa ante todo el empoderamiento ciudadano, y con los recibos de la luz desorbitados debemos formular alternativas a nuestra medida. Por eso pondremos todas las facilidades para que la ciudadanía se organice en comunidades energéticas.

El decreto habla de un 30% de la energía renovable en manos del territorio en 2030.

Y si podemos tener más, no pararemos en el 30%. Haremos lo posible para que la mayoría de nuevas plantas sean de autoconsumo y de menos de 5 MW, que se conecten a la red eléctrica de media tensión. No podemos evitar instalaciones mayores, y de hecho también serán necesarias. Lo que sí queremos evitar es un modelo concentrado, con líneas de muy altra tensión que trinchan el territorio.

¿Tendrán los ciudadanos, perqueñas y medianas empresas y entes locales capacidad financiera para lograr ese nivel de participación?

Hay que acompañar a la ciudadanía, no basta con normas que quedan fantásticas sobre el papel. En próximos días expondremos líneas de ayudas y estamos en conversaciones con el ICF para aportar los avales que se exigen para obtener puntos de conexión a la red eléctrica.

Se prevén 3 nuevas líneas de muy alta tensión, 2 en Lleida, cuya autorización corresponde al Estado.

No es nuestro modelo y por eso hemos presentado una batería de alegaciones en contra desde las diferentes direcciones generales de la conselleria.

El Parlament debe convalidar el decreto ley en un mes. ¿Tienen los votos para ello?

La CUP exige una moratoria que no se ha aplicado. Estamos en conversaciones con los diferentes grupos en busca del máximo consenso. Trabajamos codo con codo con los compañeros de la CUP y queremos contar con ellos.

Los planes para la transición energética deberían haberse hecho hace diez años, pero no es así. Venimos de una década de parón y vamos con retraso. No podemos parar.

La futura compañía eléctrica de la Generalitat aspira a gestionar hidroelécrticas cuando caduque su concesión. ¿También en Lleida?

En principio, las de las cuencas internas de Catalunya, donde tenemos competencias, pero también estamos en conversaciones con la Confederación Hidrográfica del Ebro para asumir también centrales en esta cuenca que abarca casi toda Lleida.