La Generalitat paraliza Nova Tracjusa con una moratoria para incineradoras

La Generalitat aplicará una moratoria de dos años a la construcción de incineradoras de residuos, una medida que, según confirmó ayer el departamento de Acción Climática, se aplicará a Nova Tracjusa.

Se trata del polémico proyecto para obtener gas de residuos urbanos y usarlo como combustible para secar purines en la actual planta de tratamiento de Tracjusa, en Juneda. La decisión de la conselleria se alinea con los detractores de esta iniciativa, que se refieren a ella como una incineradora. Sus promotores, en cambio, rechazan que lo sea.

La consellera de Acción Climática, Teresa Jordà, anunció ayer esta moratoria durante el pleno del Parlament. Avanzó que impedirá construir nuevas instalaciones para incinerar residuos y ampliar las ya existentes durante dos años, en los que la Generalitat deberá elaborar un plan para desmantelar las incineradoras que funcionan en Catalunya. Durante su intervención, Jordà no hizo mención expresa al proyecto de Juneda.

La conselleria, por su parte, corroboró que Nova Tracjusa será uno de los proyectos afectados.La moratoria formará parte de la ley de acompañamiento de los presupuestos de la Generalitat, cuya aprobación se espera en los próximos días. Se plantea meses después de que Nova Tracjusa obtuviera la autorización del Ejecutivo catalán, el pasado marzo. La ponencia ambiental le dio el visto bueno en la última sesión del anterior Govern.

La ponencia estaba entonces adscrita al departamento de Política Territorial, en manos de JxCat y que negaba que Nova Tracjusa fuera una incineradora. Ahora es la conselleria de Acción Climática, bajo el mando de ERC, la que ejerce las competencias del Govern en materia de medio ambiente. Los republicanos, la CUP y los Comuns se habían posicionado en contra de esta iniciativa, al considerarla una planta de incineración de residuos.

La promueve la cooperativa GAP, que engloba a más de cien ganaderos de Les Garrigues. Su presidente, Eduard Cau, se mostró ayer sorprendido por el anuncio de la moratiria. Los contrarios al proyecto, por su parte, lo recibieron como “una buena noticia”.