SUCESOS TEDAX
Los Mossos desactivan más de 3.000 explosivos en nueve años en Lleida
La mayoría son proyectiles o granadas de la Guerra Civil hallados en campos, caminos, inmuebles o bosques || Durante el 2020 se localizaron cerca de 170
Un Tedax de la unidad de Lleida muestra algunos de los proyectiles hallados en los últimos años.
Más de 80 años después del fin de la Guerra Civil siguen apareciendo en Catalunya una media de 1.000 artefactos al año que no han explotado y se calcula que harían falta entre 20 y 25 años más para limpiar todos los explosivos utilizados durante la contienda en las comarcas catalanas. En la provincia de Lleida, se han localizado y desactivado más de 3.000 artefactos explosivos en los últimos nueve años, cerca de 170 en 2020, la inmensa mayoría de la contienda. Los Mossos d’Esquadra han publicado una base de datos para conocer la actividad del Área de Desactivación de Artefactos Explosivos (Tedax) en cuanto a la munición de guerra sin explotar.
Se trata de todo aquel artefacto explosivo que se disparó o se dejó caer pero sin explotar debido a un mal funcionamiento. La Policía catalana recuerda que durante la Guerra Civil, Catalunya sufrió bombardeos aéreos y ataques con artillería muy duros y que el conflicto sirvió como campo de pruebas de nuevas armas que más adelante se utilizaron en la Segunda Guerra Mundial. Según los datos de los Mossos, entre 2012 y 2020 los agentes de los Tedax han desactivado un total de 3.066 artefactos explosivos en las comarcas leridanas, la mayoría de ellos de la Guerra Civil.
Más de seis de cada diez de estos artefactos son granadas de mortero, seguidos de proyectiles de artillería y granadas de mano. En cuanto a los hallazgos en el territorio, el Alt Urgell es la comarca que más actuaciones concentra desde 2012, aunque en los últimos años se han centrado más en el Segrià, la Noguerra y Les Garrigues, zonas en las que se vivieron cruentas batallas. Prácticamente todos los artefactos son destruidos en graveras, pero a veces, si hay riesgo de que exploten, se hace en el mismo lugar del hallazgo.
Así ocurrió en marzo de 2016 en Cervera, cuando se encontró un proyectil durante las obras de construcción de un supermercado. Se desalojó a los vecinos en un operativo que duró más de diez horas. Los Mossos recuerdan que en caso de encontrar algún artefacto nunca hay que tocarlo ni mucho menos cogerlo.
Esto es lo que hizo en julio de 2016 un niño que pasaba unos días de colonias en el Pirineo y se llevó en la mochila a su casa en Barcelona una granada de mortero de la Guerra Civil.
