La Central Hidráulica de Tavascan cumple 50 años
Un 30 de noviembre de ahora hará 50 años, la Central Hidroeléctrica de Tavascan producía su primer megavatio de energía. Medio siglo y más de 7.323.000 MWh después, la central sigue aprovechando la fuerza del agua para producir energía libre de emisiones con sistemas, eso sí, de última tecnología y en gran parte digitalizados. El complejo hidroeléctrico, que tiene la singularidad de encontrarse a 500 metros de profundidad dentro de la montaña y tener uno de los saltos de agua más importantes de Europa, marcó el devenir económico y social del territorio y todavía ahora, hoy, es un eje vertebrador.
Con motivo de la conmemoración de su 50.º aniversario|cumpleaños, Endesa y el Ayuntamiento de Lladorre presentaron el pasado mes de julio un logo conmemorativo, creado especialmente por la ocasión, así como un calendario de actos de celebración que se prevé se realicen en los próximos meses, tales como un acto institucional en la central o un webinar sobre la historia de la misma.
De momento, entre las acciones realizadas, destacan el estreno de un nuevo espacio expositivo realizado por la Fundación Endesa y que se puede ver en las visitas guiadas a la central y la instalación de una turbina en la rotonda de salida del pueblo de Tavascan. Se trata de una turbina de tipo Pelton, que funcionó a la central de Tavascan entre los años 1971 y 2010, y que desde hace unas semanas recuerda a visitantes y habitantes del entorno la importancia y el compromiso de esta infraestructura en el pasado y también, presente y futuro del territorio.
Una gran obra que cambió la vida de un pueblo
El estudio y planificación del proyecto se inició el año 1958, cuando los primeros topógrafos se trasladaron a la zona para proyectar la nueva carretera de acceso y adecuar el puente sobre el río Noguera Pallaresa, en Llavorsí, para permitir el paso de vehículos de gran tonelaje. Así, además de abrir carreteras y pistas de montaña y construir campamentos, se tuvieron que crear tomas|presas en los lagos para aumentar su capacidad de almacenaje, perforar la roca para ubicar en su interior las centrales subterráneas así como las válvulas bajo los lagos. Se construyeron hasta 75 kilómetros de túneles, cañerías, canales y galerías de servicio además de líneas de alta y baja tensión.
Así, estas obras de enorme envergadura, duraron de manera ininterrumpida desde 1950 hasta 1974 y requirieron el trabajo de hasta 10.000 obreros venidos de todo el estado español. La punta máxima fue de 2.677 trabajadores el año 1965, y la media anual de 1512 en el periodo 1958-1975. Estos obreros vivían en barracones en la montaña durante toda la semana y bajaban al pueblo de Tavascan en los días festivos. Su llegada, supuso un importante incremento demográfico al pueblo y a su configuración ya que comportó la necesidad de construcción de nuevos servicios para poder atenderlos.
La central de Tavascan está integrada en el complejo hidroeléctrico del Alt Cardós que comprende 3 saltos de agua subterraneos (Tavascan superior, Tavascan inferior y Montamara) y se alimenta de los embalses y lagos de Certascan, Romedo, Vallferrera, Montalto y Graus. El conjunto se encuentra dentro de una caverna de 500 metros de profundidad en el interior de la montaña del Pic de Guerón.
Una de sus singularidades es que integra uno de los primeros sistemas de generación hidráulica reversible, la primera de estas características que se puso en marcha en el Estado español, y concretamente lo hace en el salto de Montamara. De día coge el agua de los lagos para producir electricidad, y durante la noche funciona como una estación de bombardeo; vuelve a subir el agua hasta los lagos superiores para poder reutilizar el agua como fuente de energía. El funcionamiento está totalmente automatizado y telecontrolado desde la central de mando de Endesa en Lérida, desde donde se abren y cierran las válvulas y compuertas, para regular el agua que hará mover las correspondientes turbinas. Las tres centrales del complejo, permiten disponer de diferentes variantes de producción, que se utilizan en función de la energía que se quiere obtener, y del agua disponible en cada embalse. Así, durante el año 2020, se produjeron un total de 260.534 MWh, el equivalente al consumo de unos 65.000 hogares.