La nevada complica el tráfico en el Pirineo y dispara el riesgo de aludes en el Sobirà y Aran

La intensa nevada en el Pirineo desde primeras horas de la madrugada de ayer dejó entre 20 centíemtros y más de medio metro de nieve en el Pallars Sobirà, la Val d’Aran y la Alta Ribagorça. La cota llegó a los 900 metros y cerró el puerto de la Bonaigua y el acceso al Pla de Beret, además de restringir el paso de camiones articulados en la N-230 en Vilaller, en el túnel de Vielha, y en la N-260 en el Port del Cantó. Fue obligatorio circular con cadenas por una decena de vías, entre ellas estas dos carreteras nacionales, además de en la C-13 entre Esterri d’Àneu y Llavorsí, la C-147 hacia Alòs d’Isil, la C-28 entre el Sobira y Aran, la C-142b, la L-500 y la L-501 en La Vall de Boí, la L-504 y la L-510.

Protección Civil activó la fase de alerta del Plan Especial de Emergencies por Aludes (Allaucat) ante el riesgo muy fuerte de avalanchas, de nivel 5 sobre 5 en Aran y el Pallars Sobirà y de 4 sobre 5 en la Cerdanya. Según fuentes del Centre d’Allaus d’Aran, la Bonaigua es uno de los puntos más inestables. La falta de visibilidad impidió actuar ayer para provocar avalanchas y afianzar la zona, una operación que se prevé retomar hoy tras las actuaciones de la semana pasada.

De hecho, la previsión es que continúe nevando aunque en cotas más altas y se acumulen nuevos grosores de entre 50 y 70 centímetros. La posibilidad de que también llueva por debajo de los 2.000 metros aumenta la inestabilidad del manto nival. Protección Civil desaconseja las salidas por carreteras de alta montaña que sean totalmente necesarias.

Por su parte, el gobierno andorrano también activó el plan contra aludes por el alto riego de avalanchas. Pese a la nevada no se suspendieron rutas escolares (ver claves).