La Segarra hará obras para asegurarse el agua potable y evitar cubas en 2022

Inversiones para resolver problemas de abastecimiento de agua potable están presentes en los presupuestos de numerosos ayuntamientos de la Segarra para el próximo año. Tienen como fin renovar equipamientos que han quedado obsoletos debido al aumento del consumo. Los consistorios pugnan por conseguir ayudas para renovarlos y evitar así tener que recurrir a cubas para abastecerse.

Uno de los casos más extremos es el del pueblo de Portell, cuyos 95 vecinos solo disponen de un depósito de reserva de agua de 15 metros cúbicos de capacidad. “Si hay un corte de agua, se agota en menos de tres horas”, explicó el alcalde, Josep Maria Ribera. En el pueblo de Sant Ramon, el depósito es de 150 metros cúbicos y el consumo diario de la población, de unos 300.

Situaciones como esta provocan que en verano sean muchas las poblaciones que deban abastecerse con camiones cisterna. Similar es el caso de Granyanella, donde los pueblos de la Curullada y Fonolleres requirieron cubas porque su depósito de 90 metros cúbicos es insuficiente para abastecer un polígono industrial que gasta más de el doble. También Massoteres tendrá que invertir 43.000 euros en mejorar las conducciones para evitar quedarse sin agua en verano.

En la Vall del Llobregós, los municipios de Torà y Sanaüja han optado por invertir para obtener su abstecimiento de la mancomunidad del Solsonès, después de décadas suministrándose con camiones cisterna. De hecho, el consell de la Segarra invertirá entre este año y 2022 más de 2,5 millones de euros en actuaciones dirigidas a garantizar el suministro a los 21 municipios de la Segarra. Según explicó el presidente del consell, Francesc Lluch, la escasez de agua y los problemas de abastecimiento en la Segarra son un problema secular que sigue ocupando cada año más del 50% de las inversiones reales de la corporación comarcal.