Las policías de Mollerussa y Solsona utilizan esprays de gas pimienta

Las policías locales de Mollerussa y Solsona son las únicas de las comarcas de Lleida que disponen de esprays de gas pimienta para reducir a delincuentes con seguridad. Así consta en la respuesta parlamentaria del conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, a la pregunta formulada por Ramon Espadaler, de PSC-Units, que consta en el Boletín Oficial del Parlament de Catalunya del pasado 28 de diciembre. Concretamente, Elena responde que en Catalunya hay 41 policías locales que cuentan con esprays de gas pimienta entre las que figuran las de Mollerussa y Solsona.

Respecto a dispositivos conductores de energía, más conocidas como pistolas eléctricas Taser, hay 58 policías que disponen de ellas pero ninguna de las leridanas. El ayuntamiento de Solsona incorporó los esprays en 2017 y fuentes municipales explicaron ayer a este diario que “lo llevan todos los agentes, que son una docena. Los tienen desde que uno de los agentes fue agredido por un ciudadano en 2017.

Lo decidió el entonces alcalde y responsable de Gobernación, David Rodríguez, para que todos los agentes pudieran defenderse”. Además, también las usan los interinos que no pueden llevar arma reglamentaria. Por su parte, el ayuntamiento de Mollerussa explicó que cuentan con varios esprays.

La Guardia Urbana de Lleida no tiene pistolas eléctricas ni esprays de gas pimienta pese a que los sindicatos policiales los han reclamado en varias ocasiones. En este sentido, desde el ayuntamiento dijeron ayer que “no está previsto incorporar por el momento este tipo de pistolas”. rar por el momento este tipo de pistolas.

Herramientas policiales que generan controversia

El uso de estas nuevas herramientas policiales ha generado controversia respecto a su potencial lesivo. En el caso de las Taser, los Mossos las incorporaron en 2018. Estas pistolas inmovilizan a un sospechoso con descargas eléctricas y se plantean como una alternativa al uso de las armas de fuego al no tener efectos tan devastadores. Con una potencia de 50.000 voltios, con la descarga se interrumpe las instrucciones que el cerebro da al sistema nervioso y a la musculatura e implica que la persona se paralice y pierda el equilibrio. En julio del año pasado, la utilizaron en la Mariola para inmovilizar a un hombre que se mostraba muy alterado e intentó agredir a los agentes, en la primera actuación de estas características que trasciende en las comarcas de Lleida. Van acompañadas de una cámara para grabar la actuación y un desfibrilador.

El pasado noviembre falleció un hombre en Badalona por una descarga eléctrica de los Mossos. Sufrió un paro cardíaco. En cuanto a las lanzadoras de gas pimienta, se encuentra entre el material que llevan los antidisturbios. Provocan dolor en los ojos y ceguera momentánea. Las policías locales pueden usarlas para reducir a violentos, pero no en protestas.