Los cañones permiten recuperar espesores

Tras las intensas lluvias y vestiscas en las cotas altas del Pirineo en el puente festivo de Reyes, las estaciones de esquí encaran el primer fin de semana después de las fiestas navideñas con óptimas perspectivas ya que se espera buen tiempo. Lo han hecho gracias a los cañones de nieve artificial que las temperaturas bajo cero nocturnas han permitido poner en marcha y recuperar espesores perdidos y que ahora oscilan entre los 40 centímetros y los casi 3 metros. El cambio climático está provocando que llueva en cotas cada vez más altas, muchas veces por encima de los 2.000 metros como sucedió del 8 al 10 de este mes.

Esto supone un grave problema puesto que funde los espesores acumulados en las cumbres. Sin embargo, según responsables de las estaciones del Sobirà, los cañones han permitido remitir la situación y recuperar grosores para dejarlas listas de cara a los próximos días. No obstante, optar por la instalación de sistemas de innivación cada vez más modernos que precisen del uso de menos caudal y que utilicen energías renovables es el reto de los complejos invernales.

La nieve artificial es menos porosa que la natural y se funde con menos rapidez y facilidad, por lo que tener cañones y poderlos hacer funcionar garantiza la temporada mucho más que copiosas nevadas que se pueden deshacer con las precipitaciones. De hecho, la lluvia es más perjudicial que las altas temperaturas. Por su parte, las estaciones de Lleida podrán celebrar con sus instalaciones preparadas el Worl Snow Day, el día mundial de la Nieve, que tendrá lugar este sábado 16.