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TRIBUNALES ESCÁNDALO

La residencia de Tremp decía que medicaba a ancianos ya fallecidos

La residencia Fiella de Tremp decía que medicaba y tomaba la tensión a ancianos que hacía días que habían fallecido. Esta es una de las espeluznantes negligencias que constan en el escrito de la Fiscalía, que dice que los internos pasaban hambre, sed y frío durante el brote de covid que causó la muerte de 64 residentes, el 43% del total.

Imagen de archivo de la residencia Fiella de Tremp.

Imagen de archivo de la residencia Fiella de Tremp.SEGRE

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La residencia Fiella de Tremp decía que medicaba y tomaba la tensión a ancianos que hacía días que habían fallecido durante el brote de covid de finales del pasado año, que costó la vida a 64 internos, un 43 por ciento del total. Esta es una de las espeluznantes negligencias que constan en el escrito de la Fiscalía en el que ha denunciado a la exdirectora del centro, Remei Navarri, y a la exresponsanble de Higiene Sanitaria, M.R.N.O., a las que acusa de los delitos de homicidio imprudente, trato degradante y contra los derechos de los trabajadores.

El relato de la Fiscalía describe un auténtico infierno. El centro no comunicó las muertes de ancianos a varias familias, que tuvieron conocimiento de ellas a través de vecinos o voluntarios de la residencia. En algunos casos, las familias, al no saber nada de sus parientes desde hacía días, acudieron a la residencia y no supieron decirles en qué habitación estaban.

Los buscaron ellos mismos por distintas habitaciones y los encontraron muertos. En otros casos la residencia informaba a los familiares de que se encontraban bien cuando hacía días que habían fallecido. “Los familiares de los residentes “, dice la Fiscalía, “pasaron días sin tener noticia alguna de sus allegados, resultando que algunos fueron informados de que se hallaban en buen estado de salud cuando ya habían fallecido y otros no eran informados del fallecimiento.

La inexistencia de un protocolo de defunción provocó que algunos perjudicados conocieran la muerte de sus allegados por la funeraria, por conocidos de la población o por voluntarios del centro, otros tuvieron que acceder el centro residencial y buscar a sus parientes entre las distintas habitaciones en las que los encontraron éxitus, y algunos se vieron obligados a recuperar sus cadáveres por sus propios medios”.

Un infierno en el que ni siquiera se separaba a los residentes positivos

La Fiscalía describe una residencia de los horrores en la que los internos pasaban hambre, sed y frío; a veces les daban la cena pasadas las doce de la noche; no recibían la atención médica adecuada; no se les permitió despedirse de sus familiares en los casos en los que acabaron falleciendo y ni siquiera se separó a los internos positivos de los que no lo eran, de tal forma que los residentes se mezclaban sin ningún control en el jardín, la biblioteca y otras zonas comunes. Además, no se protegió adecuadamente a los trabajadores y algunos de ellos no solo no disponían de equipos EPI, sino que incluso trabajaban con solo mascarillas de tela.

El brote comenzó el 21 de noviembre de 2020 y no se desinfectó la residencia hasta 8 días después, cuando el centro ya había sido intervenido por la Generalitat. Durante esos días la exdirectora no facilitó el estado diario de los contagios, tal como establecía el protocolo de la Generalitat. “Pese a que la situación de pandemia mundial había sido declarada nueve meses antes y se sabían las consecuencias de un brote”, dice la Fiscalía, “las denunciadas [la exdirectora de la residencia y la exresponsable de Higiene Sanitaria], pese a haber sido formadas y contar con las herramientas suficientes, no actuaron con la diligencia que la situación exigía y el plan de contingencia contemplaba, realizando una dejación en sus funciones que incidió en la rápida transmisión del virus, lo que, unido a la descoordinación sanitaria y a la falta de respuesta inmediata, produjo el fatal desenlace del fallecimiento del 42,95% de los residentes”.

El hecho de que el centro no facilitara los datos de positivos, concluye la Fiscalía, “impidió realizar una adecuada valoración de la gravedad de la crisis epidemiológica, de tal forma que los entes públicos no se pudieron anticipar a la situación pese a que la residencia fue requerida en reiteradas ocasiones a hacer los registros diarios”.

La Fudación Fiella defiende la actuación de las dos acusadas

El patronato de la Fundació Sant Hospital de Tremp-Fundació Fiella emitió anoche un comunicado en el que defendió a la exdirectora del centro y a la exresponsable de Higiene Sanitaria, acusadas por la Fiscalía. La fundación dijo que el 27 de noviembre, 8 días después del primer contagio, ambas estaban de baja por covid, y en ese momento la fundación fue apartada del control de la residencia, que pasó a manos de la Generalitat.

Cuando se produjo la intervención, según el patronato, había siete fallecidos. Un mes después, ya en manos de la Generalitat, los fallecidos eran 64. Hasta que hubo el brote, la residencia solo había registrado un caso de covid en 9 meses.

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