INFRAESTRUCTURAS CARRETERAS
La Generalitat negociará los nuevos accesos a la AP-2 en Lleida en la bilateral con el Estado
Madrid asegura que conoce la propuesta de la Diputación y ya valora conectar la autopista con otras vías || Los enlaces que plantea la corporación provincial supondrían una inversión de unos 12 millones
La Generalitat negociará con el Estado los nuevos accesos a la AP-2 en Lleida que ya pidió la Diputación en septiembre, justo después de que se levantaran las barreras de la autopista. Así lo aseguró ayer el director general de Relaciones Institucionales y con el Parlament, Bernat Costas, quien explicó que llevarán el proyecto de la corporación provincial a la comisión bilateral con el gobierno central que se celebrará el día 18. Costas destacó que Madrid “muy difícilmente podrá ponerse de espaldas” ante un proyecto de “sentido común” y aseguró que trasladarán “la reivindicación de que el Estado lo impulse lo antes posible”.
Costas también insistió en el traspaso de la AP-2 y la AP-7, que calificó como una “demanda histórica”. La Diputación cifró en unos 12 millones la inversión necesaria para ejecutar 4 nuevos accesos a la autopista a su paso por Lleida (Seròs-Fraga, Sudanell, Artesa de Lleida y Castelldans) y la remodelación del enlace ya existente en Soses. El objetivo es mejorar la conectividad de la autopista con otras carreteras locales.
El presidente de la corporación, Joan Talarn, explicó que esta puede ser una obra “fundamental” para Lleida y, especialmente, en el Segrià y Les Garrigues, y afirmó que puede ayudar, por ejemplo, a fijar a la población. También avanzó que el Estado ha visto con “buenos ojos” el proyecto. Talarn prevé presentar en marzo su propuesta para los nuevos enlaces en el Parlament.El delegado de la Generalitat en Lleida, Bernat Solé, apuntó que el proyecto impulsado por la Diputación “permitirá generar oportunidades en una de las zonas más despobladas”.
Además, aseguró que “responde a criterios de sostenibilidad, porque la inversión necesaria no pasa por hacer grandes infraestructuras”. Por su parte, el ministerio de Transportes conoce el planteamiento de la Diputación y valora “dar más permeabilidad a la autopista” para que esta “conecte con otras carreteras”, según explicó el subdelegado del Gobierno en Lleida, José Crespín. Desde el fin del peaje en la AP-2 el pasado 1 de septiembre, el tráfico ha aumentado considerablemente y el número de camiones se ha multiplicado por ocho.
También ha comportado una reducción de los vehículos que circulan por la N-240, que transcurre casi en paralelo a la AP-2.