Salvador Illa: "No hace falta una consulta sobre los Juegos de Invierno"

El PSC lidera la oposición en el Parlament, pero los bloques políticos siguen igual y el independentista sigue teniendo mayoría. ¿Qué haría falta para cambiarlo? Desde mi punto de vista ya se han roto. Los partidos independentistas no forman una mayoría operativa, no han sido capaces de ponerse de acuerdo en una de las leyes más importantes, la de presupuestos.

Tampoco ha pasado inadvertida la falta de cohesión de los socios en el Govern, algo que les impide afrontar los problemas del país. El discurso sobre bloques existe, pero en la práctica no se aplica. En el fondo está el hecho de que la sociedad catalana está cambiando y tiene otras prioridades. El punto de inflexión fueron las elecciones de 2021 y el cambio toma una dimensión cada vez mayor.

Sin embargo, parece imposible un nuevo Govern tripartito. Ni es posible ni lo contemplo. Intento construir una alternativa a un Govern que ni funciona ni funcionará, por discrepancias entre socios y porque tienen un objetivo irrealizable, que es la independencia. Tampoco es conveniente ni deseable. Construir una alternativa es decirle a la ciudadanía que el camino de la autodeterminación y la amnistía no lleva a ningún sitio.

Sin embargo, hay otro que pasa por generar prosperidad para todos, financiación justa y mejorar el autogobierno. Es el que intento construir. Un gobierno de PSC y ERC es imposible, pero puede haber votantes de Esquerra que digan “este otro camino es interesante”. También puede haberlos en comuns y otros partidos.

¿Cómo describiría lo sucedido en el Parlament a raíz de la inhabilitación de Pau Juvillà? Una pelea entre partidos en el Govern que no se atreven a decirle la verdad a la gente. El más digno es Juvillà, a quien envío un abrazo y mi admiración por su combate contra una enfermedad terrible. Le deseo lo mejor.

¿Le parece adecuado inhabilitar a Juvillà por un lazo amarillo? No se le ha inhabilitado por un lazo. Muchos lo llevan y no están inhabilitados. Fue por no seguir las reglas en campaña electoral. ¿La junta electoral debe acotar hasta ese punto el juego político? Así lo establece la normativa. Admito que haya quien lo discuta, pero la legislación da esta autoridad a la junta electoral.

La Generalitat abre la candidatura a los Juegos de Invierno a otros territorios, pero exige el liderazgo y no todos están de acuerdo. Hay que apostar decididamente por los Juegos de Invierno. Los propuso por primera vez el alcalde de Barcelona Jordi Hereu (PSC), y creo debe hacerse de forma conjunta con Aragón.

El protagonista debe ser el territorio, lo demás me interesa poco. Cuando uno está convencido de su peso y sus potencialidades, no tiene problema en compartir.

¿Cómo valora que haya una consulta sobre los Juegos? Creo que no hace falta, está claro que hay una voluntad mayoritaria del territorio de hacerlo y lo que hay que hacer es trabajar en una candidatura ganadora.

Puede que algunos necesiten la coartada de una consulta y un cierto resultado para manifestar su posición, pero yo no.

Ante la polémica sobre macrogranjas, ¿hay que limitarlas? Somos respetuosos con el sector ganadero. De forma muy mayoritaria hace bien su trabajo, respeta el medio ambiente y cuida la calidad.

Habrá la excepción que confirma la regla, pero creo que los que toman una anécdota y tratan de elevarla a categoría se equivocan. No es momento de poner limitaciones, sino de reconocer el trabajo bien hecho.

¿Cómo valoran el despliegue de las renovables? Casi la mitad de la prevista en Lleida se tramita ante el Estado y no ante el Govern. Es un asunto crucial para el futuro de Catalunya y requiere un liderazgo del Govern que no estoy viendo. Lo que veo es una actitud de esconder la cabeza bajo el ala y corremos el riesgo de quedarnos atrasados. Es necesaria la pedagogía y el diálogo con el territorio, pero también es preciso tomar decisiones.

No se pueden aplazar las cosas y acabar diciendo que la culpa es de España, del KGB o la CIA.

Tienen solo 11 alcaldes en toda la provincia, con 6 de Unitat d’Aran. ¿Esperan mejorar en 2023? ¿Recuperar la Paeria de Lleida? Confiamos en mejorar. Estamos haciendo un trabajo de implantación en el territorio y tenemos muchas esperanzas en la Paeria de Lleida. No pretendo hablar mal de nadie, pero creo que el actual alcalde no está haciendo las cosas bien. Podríamos hablar de fracaso en su gestión y, con todo el respeto, está muy por debajo de las expectativas.

Por su parte, Fèlix Larrosa ha aprovechado para conocer mejor la ciudad y crecer como persona. Nos representará en la próxima contienda municipal y creo que tiene muchas posibilidades.

¿Se puede considerar ya a Larrosa alcaldable del PSC en Lleida? Se decidirá a través de los mecanismos del partido, pero en mi opinión es la persona que reúne las condiciones para ser candidato y alcalde de Lleida.

¿Seguirán presentando listas fantasma en pueblos pequeños? Todas nuestras listas son de verdad, lo que pasa es que en algunos municipios hay quien no quiere que se presente el PSC y asustan a la gente. Yo lo he visto. Estas listas denotan un problema que se ha querido negar: en Catalunya ha habido un momento en que presentarse por el PSC, el PP u otros partidos ha sido un problema para algunas personas.

Eso debería preocupar a un conjunto de partidos políticos. Es más, quienes han intentado que no se presenten candidaturas deberían avergonzarse. Donde haya quien quiera votar socialista, nuestra obligación como partido es darle la posibilidad de hacerlo.

¿La situación ha cambiado? Ahora el momento es distinto, nuestro planteamiento político tiene una buena acogida y creo que eso tendrá una traducción en las candidaturas que podremos presentar en Lleida y en nuestro resultado electoral.

Hay municipios donde el PSC no gobierna pese a el más votado, como en La Seu o Tremp, donde hubo pactos de gobierno de ERC y JxCat. ¿Cree que se repetirá? En otros municipios eso no pasa. Gobernamos con Junts la Diputación de Barcelona o Sant Cugat con ERC y la CUP. Pienso que el “cordón sanitario” que en algún momento hubo contra el PSC ya se ha levantado de facto. Algunos no tienen el coraje de decirlo, pero en la práctica ya se ha levantado.