ESNOTICIA
Lluís Cortés: «Mi cabeza continúa en Ucrania»
El entrenador balagariense, que pudo salir del país tras un largo y complicado viaje de cuatro días, ha decidido implicarse en la recogida de material para ayudar a las víctimas de la guerra iniciada por Rusia
Lleva unos días en Balaguer, pero ¿la cabeza la sigue teniendo un Ucrania? Sí, totalmente. Estoy aquí bien, tranquilo, la familia sobre todo es la que está más tranquila, pero es cierto que mi cabeza no puede dejar de pensar en lo que hemos dejado allí. Tengo muchos amigos, gente del staff técnico, jugadoras y conocidos que no pueden salir, otros que no desean salir porque quieren defender a su país y otros que aspiran a marcharse pero no saben cómo. Te preocupas mucho porque son amigos y están en riesgo de perder la vida.
Nunca se podía imaginar encontrarse en una zona de guerra.. Nunca me lo hubiera imaginado. Hace unos meses estábamos ganando la Champions con el Barça, ganamos el triplete, era todo precioso.. Decidimos descansar un tiempo porque lo necesitábamos, nos entusiasmamos con el proyecto de Ucrania porque todo lo que querían conseguir en el país era muy interesante a nivel de fútbol femenino y a los tres meses nos encontramos con esto, con una guerra y para mí es muy difícil de entender. Cuando nos despedíamos de la gente el día que salimos de Kiev fue muy duro. Algunos nos explicaban que al día siguiente se iban al frente.. Para mí es inconcebible. Es Ucrania, es Europa, está aquí al lado. Evidentemente una guerra está mal en cualquier lugar y hay muchas en demasiados sitios, pero es que esta la tenemos aquí al lado.
Junto a Jordi Escura, su preparador físico, tuvieron que tomar decisiones en una situación tensa.. Sí. Tomar decisiones es difícil, pero tomarlas bajo esta presión tan bestia.. Estábamos en Kiev, los tanques rusos se estaban acercando a la ciudad y sí, pensamos en irnos, pero ¿por dónde? La carretera estaba colapsada. Mantuvimos la cabeza muy fría en una situación que para nada del mundo te invita a tener la cabeza fría. Por suerte Jordi es una persona muy calmada y con experiencia y junto a la Federación Ucraniana de fútbol trazamos un plan para marchar. Nos consideramos unos privilegiados porque tuvimos esa ayuda de la Federación de Polonia y el apoyo de la Española y de la Embajada. Sí, son decisiones difíciles en un entorno complicado y en un ambiente que no conoces. Nunca hemos estado en una guerra y no sabes cuales son las mejores decisiones.
¿Se dio cuenta de cuándo empezó todo? El día anterior habíamos llegado a Kiev, salimos a cenar y esa mañana yo estaba en la habitación durmiendo. Me llamó Jordi, que había oído lo que parecían explosiones, pero no pensó que eran bombas. Su hermana Anna, que trabaja en Catalunya Ràdio, le llamó para avisarle y él me llamó a mí para decírmelo.
Les plantearon como una opción quedarse y esperar. Sí. Nos decían que nos quedáramos, que esto pasaría pronto, pero con Jordi algo nos decía que en estos casos, la gente que se espera es la que sale peor parada y nos dijimos que teníamos que salir, tardáramos lo que tardáramos. Nos costó más de 20 horas llegar a Lviv y cuatro días volver a Barcelona.
El tramo hasta Polonia lo hicieron en un tren de refugiados. Sí, en coche no fue fácil. La gasolina se acababa, pero lo peor fue el tren. Para subir había peleas, gritos, subió más gente de la que cabía. El escenario era caótico, mujeres con sus hijos que se habían despedido de sus maridos, padres y hermanos sin saber cuándo volverían a verse. Era dramático. El viaje duró 20 horas y después el trámite, eterno, de pasar la frontera. Cuando lo conseguimos Jordi y yo estábamos contentos, porque lo recuperábamos todo, pero la gente de Ucrania estaba triste. Para ellos empezaba una nueva vida desde cero, sin nada, sin saber cuál es su futuro.
Ha decidido implicarse recogiendo material para Ucrania. Sí, quiero ayudar y lo hacemos dando visibilidad a diferentes iniciativas pero también recogiendo material en Balaguer. Ya tenemos una buena cantidad para enviar a Ucrania.