«Hay mucho odio hacia nosotros y tenemos miedo»
“Nosotros no tenemos que pagar por lo que está pasando en Ucrania”. Anastasia Boytseruk, dependienta en una tienda de la plaza de la Sal de Lleida, nació en Alemania en una familia de militares soviéticos de apellido ucraniano. A pesar de haber vivido en distintos lugares del mundo, acompañando a sus padres en distintos destinos, Boytseruk tiene pasaporte ruso y lleva viviendo en Lleida, donde más tiempo ha estado, 16 años. “Me duele mucho la situación actual, se está generando un clima cercano al odio hacia todos los ciudadanos rusos y es muy difícil vivir con ello, y más cuando trabajas de cara al público”, explica. “Los primeros días del conflicto había gente que entraba en la tienda y me preguntaba de dónde era o cómo me llamaba y tenía miedo de responderles por no saber cuál podía ser su reacción”. Boytseruk dice que en la comunidad rusa de Lleida “tenemos miedo”. “Hay gente que dice que incluso se han organizado grupos para atacarnos y ya han hecho pintadas en algunos comercios de la ciudad. ¿No entienden que nosotros no tenemos ninguna culpa de esta guerra?”. Su única familia es su hermano, que vive con ella en Lleida, pero asegura que este rechazo hacia todo lo ruso no se vive solo aquí. “Tengo amigos por distintas partes del mundo y todos están viviendo situaciones parecidas. Incluso una amiga mía rusa que vive en Italia me explicó que su novio la ha dejado hace unos días con la excusa de que no quiere vivir con una rusa. ¡Es increíble!”. Sobre el futuro del conflicto, Boytseruk no ve una solución a corto plazo. “Ahora mismo, somos los enemigos de todo el mundo y no creo que la gente olvide este odio en unas semanas”, lamenta.