Vallas y vigilancia vecinal para evitar saqueos en la demolición de La Clua

El acceso al pueblo de La Clua está cerrado con una valla para evitar saqueos mientras la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) derriba las casas en ruinas. Por su parte, vecinos de este núcleo de Bassella vigilan tras constatar la presencia de personas foráneas que entran en viviendas abandonadas para llevarse objetos. La valla es fruto de un acuerdo entre el ayuntamiento, los vecinos, la CHE y la empresa contratada para las demoliciones.

Pretende tanto evitar saqueos como garantizar la seguridad, al impedir que personas accedan a una zona donde se están derribando edificios. Se abrirá solo a vecinos y seguirá allí hasta que finalicen los trabajos, en un plazo de dos meses. Veinte años después que los vecinos entregaran las llaves de sus casas, la CHE ha iniciado este mes el derribo de las que están en ruinas, casi la mitad de las del pueblo, donde la vida se detuvo en los años 90.

El arquitecto de la CHE, José Antonio Piazuelo, explicó que las demoliciones son “selectivas” y conservan materiales para reaprovecharlos. El ayuntamiento construirá un mirador con ellos.La CHE expropió las casas en el marco de la construcción del pantano de Rialb. No era necesario para el embalse, pero se hizo a petición de los vecinos cuyas tierras de cultivo iban a quedar anegadas por las aguas.

Del medio centenar de vecinos de La Clua quedaron tres familias, una decena de vecinos que ahora pasan los fines de semana en las casas que resistieron a la construcción del embalse. El ayuntamiento de Bassella y la CHE acordaron demoler el resto por el peligro que suponía mantenerlas en ruinas.