Tres Tombs de éxito en Anglesola

Más de 4.000 personas llenaron ayer las calles de Anglesola para gozar de los Tres Tombs que, tras dos años inusuales por la pandemia de la Covid, la fiesta recuperó su máximo esplendor con medio centenar de carros y carruajes y unos 150 animales. El presidente de la Societat de Sant Antoni Abat, Joan Valentines, destacó que el principal atractivo del desfile fue el carro más grande de Catalunya, el Carro Garber de Anglesola, que pesa unos 3.500 kg, va cargado de centeno y lo tiran un total de diez caballos. Del medio centenar de carruajes participantes, una treintena eran propiedad de la organización mientras que los veinte restantes procedían de poblaciones de toda Catalunya como Igualada o Vilanova de la Geltrú.

La 39 edición de la fiesta estuvo presidida por el conseller de Salut, Josep Argimon, que, tras firmar el libro de honor del ayuntamiento, destacó que “es importante que podamos volver a hacer estas fiestas; la cultura y la salud van muy unidas y la cultura popular también nos enriquece la salud porque, al final, la salud es algo que más allá de no tener enfermedades y del bienestar individual y colectivo”. Por su parte, la alcaldesa, Carme Miró, se mostró satisfecha de poder recuperar la fiesta así como del recibimiento de la población y de los visitantes. Miró explicó que esta fue la primera edición de la fiesta de los Tres Tombs inclusiva ya que Jordi Latorre, vicepresidente primero de la Diputación de Lleida, subió a uno de los carros con silla de ruedas.

Al verlo, dos familias con niños con movilidad reducida se interesaron también por subir y así poder participar activamente del desfile. En este sentido, desde la Societat de Sant Antoni Abat se comprometieron a poder hacerlo realidad el año que viene. Asimismo, la primera edil de Anglesola adelantó que la Federació Catalana dels Tres Tombs dijo que intentará habilitar un carro para personas con movilidad reducida.

Si bien ayer tuvo lugar el acto central de la fiesta, ésta se alargó todo el fin de semana con diferentes actividades como conciertos con grupos de la comarca, magia, mercado de productos artesanos, la tradicional Fira de Cavalls i Mules donde se pusieron a la venta una veintena de animales a partir de mil euros, una demostración del oficio de herrar caballos, gincanas, pintacaras, hinchables y una comida popular, entre otros.